¿Cuáles son los peligros de la cocomicosis del cerezo y cómo se trata?
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Descripción de la enfermedad
La cocomicosis y la moniliosis (esta última también conocida como tizón monilial) se consideran entre las enfermedades más peligrosas para los frutales y las bayas. Las cerezas, las guindas, las ciruelas, las ciruelas cherry, los albaricoques y otros frutales de hueso presentan un alto riesgo. Estas enfermedades son muy difíciles de controlar. Hasta la fecha, los agricultores no han encontrado un método que pueda eliminar por completo la cocomicosis y la moniliosis en las cerezas.
Sin embargo, no se desanime ni se rinda si observa los primeros signos de la enfermedad en su jardín. Primero, definamos la cocomicosis de los frutales de hueso y cuáles son los síntomas característicos de esta enfermedad.
La cocomicosis está muy extendida en el centro de Rusia, donde prevalece una alta humedad y la temperatura media del aire es de aproximadamente 18 a 23 grados sobre cero. Este clima crea un entorno ideal para la proliferación de diversas infecciones fúngicas. En primavera y verano, las esporas de hongos patógenos se dispersan por el aire e infectan cada vez más plantas en el jardín. Los árboles que crecen en zonas bajas son los primeros en verse afectados.
La mancha foliar del cerezo comienza con daños en la copa del árbol. Aparecen pequeñas manchas de color rojo oscuro en las hojas, que crecen rápidamente. A medida que crecen, cambian de color, tornándose marrones. Con el tiempo, se forman agujeros en el lugar de las manchas y la lámina foliar adquiere un tono amarillento. En el envés de la hoja se observa una capa blanquecina rosácea que contiene las esporas del hongo.
Las cerezas son pequeñas y, con frecuencia, parecen semillas cubiertas por una fina piel.
A mediados de verano, los cerezos comienzan a perder sus hojas. A finales de agosto o principios de septiembre, el árbol pierde todas sus hojas y queda desnudo. Los jardineros suelen ignorar este comportamiento de los frutales de hueso en sus jardines, atribuyéndolo a la lluvia ácida y a las malas condiciones ambientales. Desafortunadamente, una planta afectada por la cocomicosis no puede soportar las heladas invernales y el cerezo no logra brotar en primavera.
Métodos de control
¡Más vale prevenir que curar! Para proteger su jardín de la cocomicosis, necesita conocer las medidas disponibles para combatir esta enfermedad de las cerezas y otros frutales de hueso.
El tratamiento del jardín debe comenzar en primavera, antes de que broten las primeras yemas. La primera etapa consiste en rociar las plantas con una solución de caldo bordelés al 1-3%. Como alternativa, los jardineros experimentados recomiendan el uso de un fungicida como Oxychom, Phtalan, Ordan, Kaptan o Skor.
Durante la floración, los cerezos deben tratarse con Horus, diluido en agua (2-3 g por cada 10 litros de agua). En regiones con alta humedad y bajas temperaturas, se recomienda una segunda aplicación una vez finalizada la floración.
Durante el periodo de fructificación, suspenda el tratamiento con fungicidas. El tratamiento solo se recomienda para casos graves de enfermedad del cerezo. Sin embargo, por razones de salud, no se deben consumir los frutos de estos árboles. Si observa los primeros síntomas de cocomicosis del cerezo, trate el follaje con una solución de sulfato de cobre o con ceniza y agua jabonosa.
Para prevenir la propagación de esporas de hongos patógenos a otros frutales de hueso, recuerde recoger y quemar todas las hojas y ramas caídas. Antes del invierno, trate los árboles afectados con urea, que no solo elimina las esporas de hongos, sino que también es un excelente fertilizante para las cerezas.
La resistencia a las heladas de los cultivos de frutas y bayas afectados por la cocomicosis se reduce varias veces, por lo que los árboles necesitan protección adicional contra el frío.
Prevención de enfermedades
Tras familiarizarte con las técnicas básicas, ya sabes cómo tratar la cocomicosis del cerezo. Pero, como bien sabemos, más vale prevenir que curar. Analicemos con más detalle las medidas preventivas contra la cocomicosis del cerezo:
- En otoño, limpie el jardín, recoja y queme todas las ramas caídas;
- Tras el invierno, se debe remover la tierra alrededor de los árboles;
- Las “heridas” resultantes de la poda de ramas deben cubrirse con pintura al óleo o brea para jardín;
- Al encalar árboles, añadir sulfato de hierro o de cobre a la cal;
- Proporcione a las plantas buena luz solar y asegúrese de que los frutales de hueso no den sombra a otras plantas.
Vídeo: Cómo tratar el tizón del cerezo
Este vídeo le mostrará cómo tratar la cocomicosis del cerezo.




