Qué hacer si las plántulas de tomate no crecen: principales razones
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Las principales razones de la detención del crecimiento
Muchos jardineros principiantes, tarde o temprano, se topan con este problema: ¿Por qué no crecen bien los plantones de tomate? Para identificar correctamente la causa, es importante comprender que este proceso es complejo y consta de varias etapas.
Para empezar, siembra las semillas en la tierra. A medida que crecen los tallos de los tomates, es importante trasplantar las plantas con regularidad, cuidarlas con esmero y protegerlas de las plagas. Si se interrumpe alguna etapa del desarrollo, surgen problemas importantes, como el retraso en el crecimiento de los tomates. ¿Cómo se pueden abordar estos problemas y cómo se pueden detectar a tiempo? Esto se analiza a continuación.
Vídeo "Posibles causas"
En el vídeo aprenderás qué puede causar un crecimiento deficiente de las plántulas.
Mala nutrición
Para determinar por qué las plántulas crecen mal, se recomienda primero revisar la nutrición de la planta. Los agricultores suelen descuidar este aspecto, pero el sustrato para tomates necesita fertilizarse aproximadamente cuatro veces al día, con pausas entre cada fertilización. Métodos de fertilización utilizados:
- El primer método se realiza tres semanas después de plantar las plántulas en la tierra. Se prepara una solución con fertilizante líquido y una cucharada de nitrofosfato. Se mezcla con 10 litros de agua. Se vierte la mezcla resultante bajo las raíces de los tomates a razón de medio litro por plántula.

- El segundo método consiste en la aplicación secundaria de fertilizante al sustrato. Espere a que las plántulas comiencen a desarrollar un segundo racimo de flores. Se pueden utilizar diversos fertilizantes comerciales. Elija una solución comprobada que se pueda diluir en agua. Riegue los tomates con la solución, añadiendo aproximadamente 1 litro de agua debajo de cada planta.
- La tercera fase de fertilización será necesaria cuando comience a florecer el tercer racimo de flores. Un fertilizante popular es "Ideal". Mézclelo con una cucharada de nitrofosfato y dilúyalo con agua. Se recomienda regar los tomates con la mezcla resultante a razón de 5 litros por metro cuadrado de superficie.
- Cuarto abonado. Debe realizarse al menos dos semanas después del tercer abonado de los tomates. ¿Cómo preparar esta solución? Utilice una cucharada de superfosfato mezclada con 10 litros de agua. En este caso, el volumen de líquido por planta será el mayor posible: hasta 10 litros por metro cuadrado de bancal.

Los excrementos de pájaro también se consideran beneficiosos para los plantones de tomate. Se remojan en agua durante varios días y luego se aplican regularmente a la zona radicular de las plantas. Los jardineros inexpertos suelen tener problemas en esta etapa. Es fundamental respetar las proporciones indicadas. Si se aplica demasiado fertilizante o, por el contrario, muy poco, los resultados serán decepcionantes.
Riego incorrecto
La dificultad de cultivar plántulas de tomate en el jardín radica en la cantidad y frecuencia del riego. Recuerda no dejar que la tierra se seque. El exceso de riego también es perjudicial. Lo ideal es regar las plantas al menos una vez por semana. Sin embargo, la frecuencia dependerá de factores climáticos.
Por ejemplo, si cultivas plantones de tomate en interior y colocas una caja u otro recipiente con los esquejes en el alféizar de una ventana o balcón, la frecuencia de riego dependerá tanto de la intensidad como de la duración de la luz solar. Observa cuántas horas al día reciben los plantones luz solar directa. Si este periodo es prolongado, asegúrate de aumentar la cantidad y la frecuencia de riego.
Curiosamente, no se recomienda regar los tomates inmediatamente después de plantarlos. Debes esperar a que broten de la tierra y solo al quinto día podrás regarlos. Usa agua a temperatura ambiente, bien reposada. Esto evitará la acumulación de cloro en la tierra. Si lo haces de forma regular y correcta, verás resultados rápidamente.
Errores al bucear
¿Qué debes hacer si tus plántulas de tomate crecen muy mal? Es muy posible que el problema radique en que no las has trasplantado correctamente o incluso que no las hayas hecho en absoluto. Este procedimiento es crucial para el crecimiento saludable de las plántulas de tomate. Es necesario si sembraste las semillas en un solo recipiente y ahora que los brotes están saliendo de la tierra, debes separarlos. Ten mucho cuidado.
Este proceso es muy delicado; replantar plantas que aún están creciendo puede dañar significativamente sus raíces y, en el mejor de los casos, necesitarán tiempo para recuperarse. Si eres un jardinero principiante y no quieres complicarte con estos procedimientos, generalmente puedes evitarlo. En este caso, se recomienda sembrar las semillas en recipientes separados.
Otros errores en la atención
Si tus plántulas de tomate no crecen bien, es posible que hayas cometido otros errores en su cuidado. Algunos de los más comunes son:
- Mala calidad de las semillas. Esto predetermina el resultado de la siembra. Los expertos consideran que no es recomendable sembrar semillas con más de 5 o 6 años de antigüedad. Por lo tanto, si están caducadas, es mejor no arriesgarse.

- El suelo tiene un bajo valor nutricional. Sin duda, la tierra de un jardín o de una casa particular es la mejor opción y la más económica. Sin embargo, no se puede garantizar su calidad. ¿Qué ocurre si se introducen plagas con la tierra? Por lo tanto, es mejor comprar el sustrato en una tienda especializada.
- Falta de calor. Esto también es algo que los jardineros suelen pasar por alto. Mientras tanto, la temperatura en la habitación donde crecen las plántulas de tomate no debe bajar de los 24 grados Celsius. Los tomates son muy amantes del calor. Incluso si la habitación está fría, encienda una lámpara sobre la caja de plántulas durante un rato;
- Una mascota peluda: un gato. Curiosamente, es tu mascota la que puede arruinar todos tus esfuerzos. Se cree que la orina de gato puede destruir las plántulas de tomate, así que intenta mantener a tu gato alejado del recipiente con las plántulas.

Al cultivar tomates en casa, presta atención a cada detalle. Solo así podrás obtener plántulas de tomate completamente desarrolladas.
Enfermedades y plagas
¿Qué debes hacer si tus plántulas de tomate están infestadas de plagas? No importa cuánto te esfuerces en cuidar tus tomates, regarlos con regularidad, fertilizar la tierra y controlar la iluminación, el riesgo de infestación de plagas y enfermedades persiste.
El problema más común que encuentran los jardineros principiantes es la pudrición de la raíz. ¿Cuál es la causa? Todo se debe al exceso de riego. Digamos que riegas demasiado tus plantas y has colocado los plantones en un lugar fresco y oscuro. Aquí es donde aparece la pudrición de la raíz. Pero esta no es la única afección que amenaza a tus tomates en esta situación.
La pierna negra, una enfermedad causada por hongos, es especialmente peligrosa para los tomates. Además, es una enfermedad infecciosa que ataca la planta de inmediato. Si sus plántulas están en un solo recipiente, intente trasplantarlas a otra maceta o contenedor lo antes posible para evitar que las demás se infecten.
En general, cultivar plántulas de tomate no requiere demasiado esfuerzo.
Lo más importante es asegurar que tus plantas tengan un microclima óptimo en tu casa o apartamento. Además, procura vigilar tus plántulas. La mayoría de las enfermedades graves y las plagas se pueden prevenir o detener en una etapa temprana. Por lo tanto, cuanto antes detectes los primeros signos de una amenaza para tus tomates, más fácil será solucionar el problema.
Vídeo: "Plántulas de tomate: desde la germinación hasta la cosecha"
Este vídeo te mostrará cómo cuidar las plántulas desde la germinación hasta el trasplante.



