Características de la fertilización de los tomates durante la fructificación.
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¿Por qué fertilizar?
El objetivo de todo cultivador de tomates es obtener una abundante cosecha de frutos deliciosos y dulces. ¿Pero es esto posible sin fertilizante? Algunos cultivadores creen que los tomates en tierra fértil no requieren fertilizante, y su opinión es válida.
Sin embargo, para obtener una cosecha completa y de alta calidad, se recomienda realizar al menos tres sesiones de fertilización programadas durante la temporada:
- La primera fertilización se realiza entre 10 y 15 días después de plantar las plántulas en el suelo; este abonado se lleva a cabo para apoyar a las plantas durante el proceso de adaptación y ayudarlas a desarrollar masa radicular;
- La segunda fertilización programada debe realizarse antes o durante la floración; esto favorece la formación de más frutos.
- La última fertilización programada se realiza para mejorar el sabor de la fruta y aumentar el rendimiento.
Dado que los tomates extraen muchos nutrientes del suelo durante su maduración, se pueden regar con soluciones orgánicas ligeras cada dos semanas hasta que toda la cosecha esté madura. En cada etapa de crecimiento, las tomateras requieren micronutrientes y macronutrientes específicos, y si no reciben la nutrición adecuada, su crecimiento se ralentizará o, peor aún, enfermarán.
Los tomates de invernadero son particularmente sensibles a las deficiencias nutricionales. El exceso de humedad y las altas temperaturas favorecen el crecimiento del follaje en las guías, pero esto afecta negativamente la producción de frutos. Para asegurar que los tomates de invernadero produzcan frutos, deben ser abonados no solo según el plan, sino también adicionalmente antes de la floración y durante todo el período de fructificación.
Vídeo "Cómo fertilizar"
Este vídeo te mostrará cómo fertilizar correctamente los tomates.
Abonar después de plantar en la tierra
Durante las dos primeras semanas tras la siembra, las plantas desarrollan raíces y se adaptan a las nuevas condiciones. A continuación, comienza un periodo de crecimiento intensivo y formación de raíces, por lo que los principales nutrientes que necesitan las plántulas jóvenes son el nitrógeno y el fósforo. El nitrógeno impulsa el crecimiento y el desarrollo vegetativo, mientras que el fósforo favorece el desarrollo de un sistema radicular fuerte.
En esta etapa, se recomienda utilizar un complejo orgánico líquido en su forma pura o con la adición de fertilizantes minerales para alimentar los tomates:
- Una solución a base de gordolobo. Para prepararla, necesitará: 1 litro de estiércol, media taza de ceniza, 1,5 cucharadas de superfosfato y 10 litros de agua. Mezcle todos los ingredientes y aplique la solución a la raíz de las plántulas a razón de medio litro por planta. Aplique el fertilizante después de regar abundantemente, ya que de lo contrario podría quemar las raíces.

- Solución a base de estiércol. Preparación: añadir 1/3 de un cubo de estiércol seco a un cubo de agua y dejar en remojo durante una semana, removiendo a diario. Diluir la solución fermentada con agua en proporción 1:10 y aplicar a las raíces a razón de 1 litro por planta. Si las plántulas están débiles, repetir la aplicación después de 10 días.
- El té verde es el fertilizante nitrogenado natural más eficaz para los tomates. Para prepararlo, pique 5 kg de hierba o maleza, añada 50 litros de agua, una taza de ceniza y un cubo de gordolobo. Mezcle todos los ingredientes en un barril grande y deje reposar durante unas dos semanas (hasta que finalice la fermentación). Luego, diluya la solución con agua hasta un volumen de 100 litros y utilícela para el riego, a razón de 2 litros por planta.

Es importante saber que antes de aplicar cualquier fertilizante, es recomendable regar bien la tierra; esto protegerá las raíces jóvenes de posibles quemaduras y acelerará la absorción de nutrientes por el sistema radicular.
Abono durante la floración
Cuando empiezan a formarse los brotes, el crecimiento de la planta se ralentiza, por lo que es importante saber cuánto y qué fertilizante utilizar para los tomates durante la floración. En esta etapa, las plantas necesitan más fertilizantes de potasio y fósforo, mientras que el nitrógeno debe minimizarse. Por lo tanto, al elegir un fertilizante completo que contenga potasio y fósforo, preste atención al contenido de nitrógeno y elija aquellos con una concentración mínima o nula de este elemento.
El superfosfato se considera el fertilizante mineral más beneficioso para los tomates, incluyendo el famoso extracto que se obtiene de él, que muchos jardineros utilizan para el abono superficial. Sin embargo, es importante recordar que se recomienda aplicar las mezclas minerales como máximo 1,5 meses antes de la cosecha, así que recurra a remedios caseros naturales y seguros:
- Abono de levadura. Ingredientes: 10 litros de agua, 10 g de levadura seca y un par de cucharadas de azúcar. Mezclar todos los ingredientes y dejar reposar al sol durante 2-3 horas. Después, enfriar la solución, diluirla con agua en proporción 1:10 y utilizarla para regar.
- Abono de leche. Necesitará: 4 litros de agua, 1 litro de leche y 15 gotas de yodo. Mezcle todo y rocíe los arbustos por la mañana o por la tarde. Este producto estimula la fructificación y previene el tizón tardío.

Existen numerosos productos listos para usar que también pueden emplearse para fertilizar tomates durante el cuajado. El más sencillo y accesible es el ácido bórico. Se recomienda rociar las plantas con una solución de 5 g por cada 10 litros de agua durante la brotación. Productos como Bud, Ovary, Ideal, Señor Tomato y Epin favorecen un cuajado más activo.
Qué fertilizar durante el período de fructificación
Algunos jardineros prefieren evitar el exceso de fertilizante en las hortalizas antes de la cosecha, mientras que otros creen que se debe fertilizar con mayor frecuencia durante este período para asegurar que los tomates reciban todos los nutrientes necesarios. Quienes buscan mayores rendimientos y una maduración más rápida pueden usar nitrofosfato o superfosfato con humato de sodio como fertilizante. Para preparar una solución nutritiva, disuelva 2 cucharadas de superfosfato o nitrofosfato y 1 cucharadita de humato de sodio en 10 litros de agua. Disuelva completamente los cristales en el agua y luego riegue los tomates a razón de 5 litros por metro cuadrado de superficie cultivada.
Los aficionados a la agricultura ecológica pueden acelerar la maduración del tomate utilizando soluciones orgánicas a base de ceniza, yodo, boro, manganeso y otros elementos beneficiosos. Una solución a base de ceniza se considera el método más común para aumentar la producción de tomate.
Para prepararlo, disuelva 2 litros de ceniza en 5 litros de agua hirviendo. Una vez enfriado, complete el volumen a 10 litros. Añada una botella de yodo y 10 g de ácido bórico, y deje reposar durante 24 horas. Antes de regar, diluya la solución nuevamente en una proporción de 1:10. La dosis de aplicación es de 1 litro por planta.
Para una mayor eficacia, los fertilizantes orgánicos pueden combinarse con productos ya preparados como Kemira, Rastvorin y otros estimulantes de la fructificación. Primero, prepare una solución regular de gordolobo líquido o estiércol, luego añada 1 gramo de permanganato de potasio, 1 gramo de sulfato de cobre y 1 o 2 cucharadas de alguno de los productos mencionados. Estos fertilizantes, sencillos y eficaces, pueden aumentar el rendimiento y mejorar la calidad de la fruta.
Vídeo "Alimentación de la levadura"
Este vídeo te mostrará cómo alimentar los tomates con levadura.



