Sobre el cultivo de tomates con levadura en tierra abierta

En la mayoría de los casos, los fertilizantes que los jardineros compran en tiendas especializadas contienen ingredientes tóxicos. Estas sustancias mejoran el rendimiento de los cultivos, pero también añaden pesticidas, nitratos y otros elementos dañinos a los alimentos. Por lo tanto, la fertilización orgánica, incluyendo el uso de levaduras para el cultivo de tomates, sigue siendo relevante.

Cómo hacer fertilizante

Para asegurar un buen crecimiento de los tomates en invernadero o al aire libre, es importante preparar la mezcla de nutrientes adecuada. Al cultivar tomates, esto debe tomarse muy en serio, ya que esta hortaliza es una planta delicada y exigente.

Los tomates requieren principalmente varios micronutrientes esenciales para mejorar su crecimiento y rendimiento. Entre ellos se incluyen el nitrógeno, el fósforo y el potasio. Estos nutrientes desempeñan un papel vital en el desarrollo de la planta.

Se deben añadir fertilizantes al suelo antes de plantar para enriquecerlo con nutrientes y distribuirlos uniformemente.

Disolver la levadura seca en agua

Preparar el fertilizante con levadura requiere muy poco esfuerzo y el método es muy sencillo. Añade de 20 a 25 gramos de levadura a un cubo de agua (unos 10-11 litros). Mezcla bien y deja reposar en un lugar cálido durante 24 horas para que fermente antes de plantar los tomates. Si quieres acelerar la fermentación, puedes añadir unas cucharadas de azúcar (con 3 es suficiente). Esto potenciará el efecto.

Si se mantienen las proporciones correctas de levadura y agua, se puede llenar el barril con agua de riego y la solución. Por cada 200 litros de agua, se deben usar 40 litros de solución de levadura (4 cubos).

También cabe destacar que se puede sustituir el pan de centeno común por levadura en la solución. Sin embargo, la mezcla deberá reposar durante más de un día, ya que la fermentación se producirá más tarde. Utilizando la base de fertilizante para la tierra, se pueden añadir restos de comida al recipiente, lo que aportará otros componentes orgánicos beneficiosos a la mezcla. Por ejemplo, se pueden añadir cáscaras de frutas y verduras, mermelada vieja y comida en descomposición a la solución de levadura. Estos elementos pueden potenciar el proceso de fermentación y mejorar las propiedades de la mezcla.

El cultivo de levadura está listo para preparar el pienso.

Cómo alimentar las plántulas

Cabe destacar que los programas de fertilización de los tomates pueden variar según las condiciones de cultivo. Las plántulas cultivadas en invernadero requieren atención especial.

Si los tomates se cultivan en invernadero, necesitan un abono abundante y frecuente. En estas condiciones, las plantas producen la mayor cosecha.

El primer abonado puede realizarse dos semanas después de plantar las plántulas. Lo más recomendable es un fertilizante nitrogenado. La urea es adecuada: una cucharada por cada cubo de agua, regando cada planta con 1,5-2 litros de agua.

Una semana después, también puedes reutilizar la urea o el estiércol líquido de pollo. Mézclalo con agua a razón de medio litro de la solución preparada por cubo. Tras preparar la mezcla, viértela en los agujeros debajo de las tomateras a razón de 1,5 a 2 litros.

Fertilización de plántulas de tomate con levadura

Tras la fertilización nitrogenada, se puede realizar una segunda aplicación cuando las plantas comiencen a florecer. En este punto, es recomendable utilizar potasio. La ceniza de madera y las cenizas comunes se utilizan como fertilizantes adecuados. Haga un pequeño surco con un rodillo a lo largo de las zonas plantadas y añada la ceniza. Posteriormente, riegue la tierra en esta zona.

Cuando los tomates se cultivan en invernadero, florecen mucho más rápido que en tierra firme. Por lo tanto, es importante observar atentamente cuándo florece el cuarto racimo. Para la fertilización posterior, el humato de potasio es la mejor opción. Simplemente diluya una cucharada de esta sustancia en un cubo de agua. Después, riegue todas las plantas. Una pequeña cantidad de agua por planta es suficiente: un promedio de 5 a 6 litros por metro cuadrado de plántulas.

Durante la formación y maduración del fruto, se puede utilizar una solución de superfosfato. Para ello, diluya dos cucharadas de la solución en dos litros de agua. Tras mezclar bien, deje reposar la mezcla durante un día. A continuación, añádala a un cubo de agua y rocíe el follaje y los tallos de la planta.

Tras ser abonadas con levadura, las plántulas de tomate comienzan a crecer.

Se puede utilizar una solución de levadura periódicamente, una vez por semana, para asegurar que las sustancias orgánicas beneficiosas se suministren uniformemente al suelo, pero sin exceso.

Fertilizantes en tierra abierta

La cantidad de fertilizante necesaria puede variar según la variedad de tomate. Cabe destacar que, al cultivar plantas al aire libre, el crecimiento y la floración se producen a un ritmo diferente que en invernaderos.

Aunque hayas elegido un buen suelo con un contenido equilibrado de micronutrientes esenciales y materia orgánica, lo mejor es usar fertilizante para mejorar la producción. La mezcla de levadura es una de las mejores para el cultivo de hortalizas, ya que enriquece el suelo con oxígeno y otros componentes beneficiosos.

El momento de la primera fertilización suele variar, ya que las condiciones de cultivo y el estado de las plántulas también varían. Tres o cuatro días después de la siembra, se pueden regar las plántulas con urea. La solución es la misma que se usa para regar tomates en invernadero (una cucharada por cubo de agua). Sin embargo, es importante recordar que si las plantas tienen buen follaje y las plántulas están en buen estado, no es necesario enriquecer el suelo con micronutrientes. De lo contrario, aumentará el crecimiento del follaje, pero se reducirá significativamente la fructificación.

Riego y fertilización abundantes de tomates en tierra abierta

Después de trasplantar las plantas a tierra firme, no las riegue previamente con solución de levadura. Dado que las plántulas necesitan tiempo para aclimatarse a su nuevo entorno, es mejor fertilizarlas después de una semana. El fertilizante de levadura es ideal para este fin.

Después de tres semanas, ya se puede regar con una solución de gordolobo o estiércol de gallina.

Para plantas maduras con ovarios, se puede usar una mezcla de levadura más concentrada. También se puede añadir ceniza y estiércol de gallina a la mezcla para mejorar sus propiedades. Otra opción es alternar fertilizantes, aplicándolos al suelo.

Si tu fertilizante de levadura contiene gallinaza, es mejor regar la planta con regadera y no directamente en las raíces. El agua de lluvia, que se puede recoger previamente en barriles, es la mejor opción.

Vídeo: "Súper fertilizante de levadura para tomates y otras plantas"

Utiliza esta receta de mezcla de nutrientes para levadura para ayudar a que tus verduras, flores y árboles crezcan como locos.

 

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