¿Cuándo se deben quitar las hojas inferiores de los tomates?
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¿Debo quitar las hojas?
Existen diversas opiniones sobre si es necesario defoliar las tomateras y sus plántulas. Los jardineros experimentados insisten en que este procedimiento es beneficioso y, por lo tanto, esencial.
Existen varias razones por las que es necesario podar las hojas de los tomates:
- Los enormes órganos inferiores de la planta evaporan grandes cantidades de humedad y se "alimentan" de minerales destinados a la formación de frutos.
- Debido a su tamaño, las hojas inferiores dificultan la libre circulación del aire, lo que genera una alta humedad. Este es precisamente el ambiente propicio para el desarrollo de bacterias dañinas para las plantas.
- Cuando las hojas de tomate mojadas tocan el suelo, comienzan a pudrirse, lo que favorece el crecimiento de microorganismos dañinos y desencadena diversas enfermedades. Por ejemplo, el tizón tardío suele comenzar en las hojas inferiores de la planta.
Cabe destacar que las hojas amarillas con manchas y necrosis también deben eliminarse de inmediato, ya que constituyen un caldo de cultivo ideal para enfermedades. Esta reacción se debe a un cuidado inadecuado.
En primer lugar, y con la mayor frecuencia posible en el futuro, retire las hojas viejas y secas que se encuentran en la base del arbusto. Estas son las partes de la planta que se cubren de manchas de distinta naturaleza y color.
También conviene podar el follaje denso que apunta al norte en las tomateras. Eliminar las partes innecesarias de la planta favorece una mejor ventilación. Además, recortar los tallos gruesos también es importante para aumentar la cosecha.
Para prevenir enfermedades, los tomates pueden tratarse con productos que contienen cobre. Sin embargo, este tratamiento es perjudicial para el fruto. Por lo tanto, es mejor quitar las hojas inferiores.
¿Cuándo cortar la corriente y cómo hacerlo correctamente?
¿Por qué a veces basta con quitar las hojas del tomate para conseguir el efecto deseado? Porque el procedimiento debe realizarse correctamente y en el momento adecuado.
Si una hoja comienza a secarse parcialmente, conviene recortar la parte afectada y dejar la sana. Al fin y al cabo, son las partes verdes de la planta las que realizan la fotosíntesis y la nutrición.
De vez en cuando, la hortaliza necesita luz. Para ello, conviene eliminar el follaje que mira hacia el norte y el que crece en el interior de la planta. Este follaje crece a la sombra y es menos importante para la fotosíntesis.
Las hojas del tomate que se encuentran debajo de la inflorescencia deben eliminarse gradualmente. A veces, después de que aparecen las flores, el tallo continúa creciendo, lo que provoca la aparición de nuevas inflorescencias. Sin embargo, es importante recordar que esto supone un estrés adicional para la planta, por lo que es mejor podarlas.
Las hojas que se encuentran por encima de la primera inflorescencia deben retirarse gradualmente para evitar dañar los tomates. Si el racimo principal de flores se ha convertido en un pequeño número de tomates, se pueden dejar algunos ovarios en el brote nuevo.
También existen una serie de reglas que, si se siguen, te ayudarán a lograr los mejores resultados posibles:
- Lo mejor es eliminar las hojas y los brotes laterales de las plántulas por la mañana (antes del mediodía) cuando haga buen tiempo. En estas condiciones, la planta cicatrizará las heridas más rápido y los patógenos no podrán penetrarla.
- No te excedas con la eliminación de hojas. Quitar dos o tres hojas un par de veces por semana es suficiente para que los tomates crezcan sanos a partir de plántulas. Sin embargo, es importante revisar las plantas con regularidad. La frecuencia de la eliminación de hojas debe ajustarse según cada caso.
La planta tolera bien la eliminación de tres brotes dos veces por semana. Sin embargo, cabe señalar que en ocasiones es necesario eliminar este órgano vegetal en mayor cantidad si existe riesgo de enfermedad.
La eliminación repetida de hojas no afecta al desarrollo posterior de las plantas.
Cuando aparecen los primeros tomates de los plantones, se eliminan las hojas que crecen debajo de los frutos.
En agosto, en regiones con clima benigno, se podan las hojas de los tomates. ¿Por qué? Se considera que, debido a las condiciones climáticas, los nuevos frutos no se desarrollarán completamente y la planta ya no necesita tantas partes verdes. Solo deben dejarse las cuatro hojas superiores, incluyendo un par de hojas por encima del racimo superior. Solo así será posible el flujo normal de savia por toda la planta.
A veces es fácil saber cuándo quitar las hojas de los tomates. Al observar los tomates plantados, puede que notes que las hojas de las plántulas se ponen amarillas y se caen. Obviamente, estas partes de la planta deben eliminarse. Es momento de trasplantar cuando las plantas hayan crecido lo suficiente y las plántulas hayan empezado a engordar.
Eliminar las hojas de las hortalizas en un invernadero presenta sus propios desafíos. ¿Por qué? Porque cultivar hortalizas en un invernadero es algo diferente a cultivarlas en tierra abierta.
Tras plantar los plantones en el invernadero, se da forma a los arbustos despuntando los brotes laterales. La eliminación de las hojas inferiores suele deberse a la sobrepoblación, que dificulta la circulación del aire y crea un ambiente excesivamente húmedo.
Cuando la humedad en un invernadero es alta, las hojas de las plántulas se caen. Este ambiente también favorece el desarrollo de microorganismos patógenos.
Los tomates requieren cuidados especiales. Casi cualquier persona puede cultivarlos a partir de plántulas y obtener buenos resultados, siempre que siga las normas y recomendaciones. Eliminar los brotes inferiores de las tomateras tiene un efecto positivo: los frutos son más grandes, maduran más rápido y la planta en sí prácticamente no padece enfermedades.
Vídeo: "¿Por qué hay que podar las hojas inferiores de los tomates?"
Descubre por qué es necesario podar las hojas inferiores de los tomates y cómo hacerlo correctamente.




