¿Con qué frecuencia y cómo regar correctamente los tomates?

Dado que los tomates se cultivan con más frecuencia en huertos que la mayoría de las demás hortalizas, surgen muchas preguntas sobre su cuidado. Entre otras cosas, los jardineros necesitan respuestas a la pregunta de cómo regar los tomates para evitar el exceso de agua y dañar las plántulas. En este artículo, te explicaremos cuánto y con qué frecuencia regar los tomates, tanto en tierra como en invernadero, para maximizar la cosecha.

Riego de plántulas

Determinar la forma correcta de regar los tomates no siempre es fácil. Varios factores influyen en la frecuencia y la cantidad de agua necesaria. Ante todo, hay que tener en cuenta las condiciones climáticas de la región.

Reglas para regar los tomates: qué se puede y qué no se puede regar

Los tomates crecen mejor en las regiones del sur, ya que prosperan con luz solar, calor y humedad. En otras zonas, se cultivan en invernaderos en lugar de al aire libre para evitar que el exceso de humedad se filtre en el suelo y para controlar la temperatura del aire.

Los plantones de tomate deben regarse en la base para evitar que la humedad llegue a las hojas o los tallos. Tampoco es recomendable usar agua fría si los plantones son jóvenes, ya que el sistema radicular es muy sensible a los cambios ambientales en esta etapa. Por lo tanto, es mejor calentar la tierra al sol antes de regar.

La frecuencia de riego también dependerá de las condiciones de cultivo de los tomates. En un invernadero, la tierra no se seca tan rápido, por lo que se puede regar con menos frecuencia que a las plántulas cultivadas al aire libre.

Asegúrese de seguir un programa de riego. Evite que la tierra se encharque o se seque demasiado. El exceso de humedad puede favorecer la aparición de hongos en los tallos y el follaje, mientras que la tierra demasiado seca puede provocar el deterioro de la planta.

Peculiaridades del riego de plántulas de tomate

El riego de los tomates requiere especial atención durante el clima frío. El aire frío puede provocar enfermedades en las plantas si se regaron en exceso el día anterior. La humedad del suelo comienza a enfriarse, lo que afecta negativamente al sistema radicular. Como resultado, la planta recibe menos nutrientes, se debilita y puede producir una cosecha menor al final de la temporada.Durante los periodos fríos y lluviosos, es mejor reducir al mínimo el riego de los arbustos.

La temperatura óptima del agua para el riego en clima cálido es de 18 grados, y en clima frío, cuando hay humedad insuficiente en el suelo, debe calentarse a 25–30 grados.

Cuando haga calor, riega las plántulas cada 2 o 3 días. Lo mejor es hacerlo al atardecer, un par de horas antes de la puesta de sol, o temprano por la mañana. Ten cuidado de no mojar la superficie de la planta, sobre todo durante el día cuando aprieta el calor. Después de regar, cubre la tierra debajo de la planta con paja o compost preparado. Afloja la tierra cada 2 o 3 semanas para mejorar el drenaje de las raíces de las plántulas de tomate.

Riego y fertilización de plántulas de tomate en un invernadero

El aspecto de los arbustos puede indicar una falta de humedad en el suelo: las hojas comienzan a ponerse amarillas y se marchitan gradualmente, y el ovario o la inflorescencia pueden empezar a caerse.

Una vez que hayas determinado con qué frecuencia regar tus tomates, intenta ceñirte a ese horario.

Riego en un invernadero

Regar los tomates en invernaderos es mucho más fácil. El diseño permite una temperatura del aire más estable y crea un microclima único en el interior.

La humedad en un invernadero suele oscilar entre el 60 % y el 75 %, excepto durante los periodos de verano especialmente secos. Por lo tanto, es fundamental saber cuánta agua añadir al suelo para un crecimiento saludable de las plántulas de tomate.

Los tomates cultivados en invernadero pueden regarse con menos frecuencia, ya que la humedad no se evapora con el viento y el suelo no está expuesto a la luz solar directa. Si bien la humedad también se evapora, lo hace mucho más lentamente, y una humedad adecuada evita que el suelo se seque.

Sistema de riego por goteo para tomates en un invernadero

El cultivo debe regarse solo lo necesario para humedecer la tierra, evitando que el agua se acumule en la superficie. Si la humedad no llega al suelo, el tallo comenzará a pudrirse, lo que provocará enfermedades.

En un invernadero, para asegurar un crecimiento normal, se puede mantener una humedad estable del suelo utilizando un sistema de riego automático o por goteo.

Si bien el método automático se utiliza normalmente en invernaderos industriales, el método de goteo es el más adecuado para regar hortalizas en casa.

Para ello, se colocan mangueras o tubos delgados a lo largo de las hileras de plantas de tomate. Estos tienen pequeños agujeros que permiten que el agua llegue a las raíces.

Un sistema de riego por goteo puede construirse uno mismo o adquirirse en una tienda especializada. Además de regar, ayuda a distribuir uniformemente fertilizantes líquidos y otros productos junto con el agua.

Instalación de riego por goteo para tomates utilizando botellas de plástico

¿Cuánta agua debo añadir a la tierra para las plántulas?

Al plantar, añada aproximadamente medio cubo de agua a cada hoyo. Deje reposar las plantas durante una semana para que enraícen y se aclimaten a su ubicación definitiva. No es necesario regarlas durante este tiempo.

Cuando las plántulas comiencen a crecer activamente, absorberán la humedad de las capas profundas del suelo. Antes de la floración, puede regarlas un par de veces por semana con 3-4 litros de agua cada vez. Una vez que comience la floración, deberá regarlas con 5-6 litros de agua una vez por semana.

Cuando los ovarios comiencen a formarse y los frutos empiecen a madurar, riegue la planta dos veces por semana. Asegúrese de que la tierra no esté demasiado húmeda. Cuando los frutos empiecen a enrojecer, reduzca la cantidad de agua para evitar que se agrieten al madurar.

Vídeo: "Reglas para regar tomates en un invernadero"

En este vídeo aprenderás cómo regar correctamente los tomates y cómo determinar cuándo es necesario.

Riego en campo abierto

Controlar la humedad del suelo al plantar plántulas de tomate al aire libre es mucho más difícil. Esto se debe a la variabilidad climática, que afecta la evaporación de la humedad del suelo y los cambios en la temperatura ambiente. Por ello, los jardineros buscan una respuesta precisa a la pregunta de con qué frecuencia regar los tomates para un crecimiento óptimo. Claro está, no existe una respuesta definitiva. Este proceso depende de las condiciones del suelo.

En climas cálidos y estables, se puede regar la tierra cada dos días. Generalmente, el riego debe realizarse cuando la capa superior del suelo comienza a secarse. En campo abierto, esto sucede con mayor frecuencia que en un invernadero. Además de la luz solar, el viento también seca la tierra, eliminando su humedad. Si el clima es muy ventoso, se debe regar con mayor frecuencia.

Es fundamental asegurar que las plántulas siempre tengan suficiente humedad, especialmente una vez que se hayan formado los brotes. Si se secan durante este período, pueden caerse y no habrá cosecha al final de la temporada.

Al regar en campo abierto, es más fácil usar remedios caseros para rociar los arbustos. Para acelerar el crecimiento de los tomates, se puede añadir un poco de yodo o ácido bórico al agua.

Riego adecuado de plántulas de tomate en tierra abierta

Conviene recordar que las plantas sembradas en tierra abierta deben regarse exclusivamente por las raíces. Si caen gotas sobre el follaje, refractarán la luz solar al incidir sobre ellas. Como resultado, el sol quemará las hojas y los brotes del tomate, ya que las gotas actúan como una lente.

Los tomates cultivados al aire libre pueden regarse mediante riego por goteo para una distribución más uniforme del agua. El riego por goteo ayuda a prevenir la pudrición de la planta y la pudrición apical. Este sistema también reduce el riesgo de enfermedades del tomate.

Para evitar tener que remover la tierra constantemente antes de regar, puedes usar mantillo. Coloca césped cortado alrededor de los tallos para cubrir bien la tierra. El mantillo también ayudará a evitar que el chorro de agua remueva la tierra al regar.

En general, si el terreno está cerca de cuerpos de agua, lo mejor es usar agua de río para el riego. Sin embargo, en otros casos, es recomendable recolectar agua de lluvia y dejarla reposar. El agua del grifo es demasiado dura, y si tiene una alternativa, es mejor considerar un sustituto.

Vídeo: "Cómo regar las plantas de tomate al aire libre"

Observa cómo es el proceso de riego de los tomates plantados en la tierra.

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