Uso de ácido bórico para los tomates

La deficiencia de boro en el suelo tiene un impacto devastador en la producción de tomate. Cuando este elemento escasea, algunos frutos mueren antes de florecer y cuajar, lo que imposibilita una cosecha abundante. Para solucionar este problema, se utiliza ácido bórico, el fertilizante más accesible, económico y fácil de usar. Este fertilizante favorece el crecimiento y la floración de los tomates, y previene enfermedades. Sin embargo, debe usarse con precaución y en las proporciones adecuadas, ya que el exceso de boro también es perjudicial para las plantas.

Beneficio

El ácido bórico puede considerarse un fertilizante micronutriente universal para tomates, ya que su uso tiene un amplio efecto en el desarrollo de la planta:

  • Al agregar el producto al suelo y rociarlo sobre las verduras de hoja verde, los tomates se saturan de boro, lo que ayuda a mejorar la calidad y el rendimiento de la fruta.
  • La pulverización de las hojas previene el desarrollo del tizón tardío, que suele atacar a los frutos cultivados en huertos y invernaderos. Para una protección más eficaz, se recomienda pulverizar de nuevo las tomateras con una solución de yodo una semana después.
  • Esta sustancia mejora el transporte de azúcar a lo largo de los tallos, haciendo que los tomates sean más dulces y sabrosos.
  • El boro aumenta la capacidad de las plantas para absorber y sintetizar nutrientes del suelo.
  • La aplicación de una solución con boro durante la floración acelera el cuajado y la producción de frutos. Si se aplica correctamente y en la dosis adecuada, los primeros tomates pueden cosecharse ya a finales de junio.

El ácido bórico es un fertilizante de micronutrientes para hortalizas.

La fertilización del tomate mediante riego y aplicación foliar debe combinarse. Este método permite obtener tomates de mayor calidad y aumenta los rendimientos entre un 20 y un 50 %.

¿Cuándo pulverizar?

La fertilización programada de los tomates plantados en un bancal se realiza varias veces durante la temporada:

  • Se recomienda fertilizar el cultivo por primera vez antes de la floración, cuando los brotes apenas comienzan a formarse; rociar los tomates en este momento aumenta la cantidad de brotes y acelera su crecimiento.
  • La siguiente fertilización se realiza cuando los arbustos están en plena floración; la pulverización durante este período favorece la formación de ovarios y evita que los tallos florales se caigan.
  • La última vez que los tomates necesitan abono es cuando empiezan a dar fruto. Durante este periodo, añadir ácido bórico mejora su aspecto y sabor (se vuelven dulces y menos acuosos), acelera la maduración y previene la pudrición.

tomates maduros y saludables

La fertilización no tiene por qué seguir un calendario fijo; a veces es necesario fertilizar los tomates debido a la deficiencia de ciertos micronutrientes. Esto puede ocurrir si los tomates se plantan en suelos pobres, arenosos o limosos, donde el contenido de compuestos de boro disponibles es muy bajo.

Cabe destacar que los tomates crecen mejor en suelos fértiles, como los suelos negros y castaños, que contienen de forma natural grandes cantidades de boro soluble y de fácil absorción. Desafortunadamente, el suelo de la mayoría de los jardines no es particularmente fértil y contiene demasiada arena o arcilla, lo que hace necesario fertilizar con ácido bórico para asegurar la más mínima posibilidad de cultivar solanáceas.

Signos de deficiencia de boro en los tomates

En cuanto a la deficiencia de boro en los cultivos de huerta, cualquier horticultor puede identificarla fácilmente por el aspecto de las plantas. Una inspección visual de las plantas revela los siguientes signos:

  • Si las hojas se enrollan, en este caso es necesario tratar los tallos con una solución de ácido bórico y rociar las propias hojas;
  • Las hojas se vuelven amarillas, comenzando desde la base del arbusto, mientras que la parte superior permanece verde; si los tomates no se rocían en esta etapa, todo el arbusto perderá color y las hojas se caerán, lo que provocará la muerte del arbusto;
  • Las nervaduras de las hojas se secan y se vuelven amarillas o negras, y las hojas mismas se vuelven quebradizas; este signo también indica la necesidad de una pulverización no programada de los tomates con ácido bórico;
  • Si han aparecido manchas claras o marrones en las hojas, los arbustos también necesitan ser abonados con boro;
  • Las flores se caen mientras aún están floreciendo; en este caso, el ácido bórico es un remedio de primeros auxilios, ya que esta situación puede provocar la ausencia de ovarios.

Las flores y los ovarios del tomate se secan debido a la deficiencia de boro.

Además, es frecuente que ovarios aparentemente sanos comiencen a secarse y caerse. El ácido bórico también puede ayudar a detener este proceso destructivo en este caso. La deficiencia de boro también puede afectar los tallos del tomate: se ennegrecen en la base y, si la planta no se rocía rápidamente, los tallos pueden morir, lo que provoca la muerte de la planta. Asimismo, si los tallos no reciben boro, pueden secarse prematuramente antes de tener tiempo de crecer y madurar. Una deficiencia puede manifestarse por la fragilidad de los brotes jóvenes que crecen desde la base de la planta: se rompen fácilmente al doblarlos, mientras que los tallos sanos pueden doblarse sin problemas. Cuando aparecen manchas marrones o negras con tejido muerto, a veces cubiertas por una capa blanca, en los frutos del tomate, este signo indica tizón tardío. En este caso, además de una solución de ácido bórico, también se utiliza yodo para la pulverización.

Cabe destacar que el ácido bórico tiene diversos usos en el cultivo de tomates. Se puede aplicar no solo como pulverizador sobre las plantas, sino también como tratamiento de semillas, e incluso añadirlo a los hoyos de las plántulas poco antes de trasplantarlas al exterior; los jardineros experimentados recomiendan hacerlo un día antes del trasplante. Si los tomates se cultivan en suelos poco fértiles, se puede utilizar una solución diluida de ácido bórico para regar los bancales.

Los tomates afectados por el tizón tardío necesitan tratamiento con urgencia.

La fertilización regular es muy importante para los tomates, ya que ayuda a aumentar la resistencia de la planta a las enfermedades, especialmente al tizón tardío. Sin embargo, es importante usar fertilizante con moderación y no exceder la dosis recomendada. También es importante recordar rociar los tomates no más de una vez cada 10 días.

Si la siguiente pulverización provoca un deterioro en el estado de las plantas, esto significa que debe interrumpirse el uso del producto.

¿Cuál es la forma correcta?

La fertilización de los tomates cultivados tanto en el jardín como en el invernadero se realiza de dos maneras:

  • riego, cuando la solución se aplica directamente a las raíces de las plantas (este método es el principal, ya que transporta los nutrientes a las hojas a través de las raíces);
  • La fertilización foliar consiste en rociar la solución sobre las partes verdes de las plantas, y los tomates reciben los nutrientes a través de las hojas (este método se considera más eficaz porque los resultados aparecen en tan solo un par de días, y a veces incluso en pocas horas).

Regar una plántula de tomate con una solución nutritiva utilizando el método radicular

Esto significa que la fertilización de los tomates mediante riego puede realizarse de forma planificada: antes de plantar las plántulas, durante la floración y a mitad de temporada. Sin embargo, la pulverización es más recomendable en situaciones de emergencia, como durante el tizón tardío, para acelerar el cuajado del fruto o para una maduración temprana.

El manejo de esta sustancia requiere extrema precaución; es fundamental calcular correctamente la proporción de ingredientes para preparar la solución, ya que una sobredosis puede dañar gravemente las plantas. Se puede adquirir una solución ya preparada con ácido bórico a la concentración requerida en una tienda especializada, pero también es fácil prepararla en casa.

Para preparar la solución, diluya ácido bórico en agua caliente en una proporción de 1 g por litro. La solución debe diluirse en agua caliente, no hirviendo. Sin embargo, antes de aplicarla a los tomates, espere a que el líquido se enfríe por completo. Se puede usar la misma concentración de ácido para el riego, pero cabe destacar que, para una mayor eficacia, se recomienda rociar las hojas de la planta.

Rociar una solución nutritiva con boro

Los tomates se rocían a razón de 1 litro de solución por cada 10 m² de superficie de cultivo. Esta cantidad garantiza que las hojas del tomate queden completamente mojadas. Dependiendo del uso previsto, existen diversas opciones de preparación:

  • Si el producto se rocía sobre los tomates durante la floración para preservar los ovarios, la concentración puede ser de 5 a 10 g/10 l de agua.
  • Para proteger contra bacterias dañinas, en particular el tizón tardío, el ácido bórico debe diluirse a una dosis de 1 cucharadita por cada 10 litros de agua. Para combatir el tizón tardío, una semana después de aplicar el ácido bórico, se deben rociar los tomates con yodo (en este caso, diluir de 5 a 10 g de yodo en 10 litros de agua).
  • Muchos jardineros utilizan ácido bórico para remojar las semillas. En este caso, la solución se prepara a una concentración de 1 g por 1 litro de agua.

Remojar semillas de tomate en una solución de ácido bórico

Al pulverizar, es importante prestar atención no solo a las hojas, sino también a las flores y los frutos. Pulverice los arbustos abundantemente durante el período de floración masiva; esto favorece la formación y el mantenimiento de los ovarios, aumentando así la producción. Para fertilizar los arbustos con boro durante la floración y la maduración de los frutos, pulverice a razón de 10 ml por arbusto. Posteriormente, a medida que los arbustos crecen, aumente la dosis 1,5 veces.

También es importante saber que el yodo solo se puede aplicar a las tomateras regándolas directamente en la raíz, ya que el contacto con las hojas puede causar quemaduras que pueden provocar la muerte de la planta. Al regar, aplique el producto a razón de 0,5 litros por planta.

El ácido bórico es un fertilizante esencial para los tomates. Su uso juicioso durante las distintas etapas del ciclo de cultivo (floración, cuajado y fructificación) tiene un efecto muy beneficioso en el desarrollo de los cultivos y reduce los costes de mantenimiento y fertilización. Y, por supuesto, la principal razón por la que los jardineros adoran el ácido bórico es la abundante y excelente cosecha de tomates que se consigue gracias a sus elevadas propiedades protectoras.

Vídeo: "Aplicación foliar de solución de ácido bórico a los tomates"

Este vídeo te enseñará cómo fertilizar los tomates mediante la aplicación foliar de una solución nutritiva a base de boro para maximizar las necesidades nutricionales de la planta sin quemar sus hojas.

 

Pera

Uva

Frambuesa