Secretos para el cuidado de los tomates después de plantarlos en un invernadero

Los tomates son plantas que adoran el calor y bastante exigentes, sobre todo cuando se cultivan en invernaderos. Los invernaderos permanentes, muy populares actualmente, permiten disfrutar del sabor de verduras frescas durante todo el año, pero también requieren atención y cuidados diarios desde la siembra hasta la cosecha. En este artículo, explicaremos los pasos necesarios para el cuidado de los tomates tras su cultivo en invernadero y la importancia de seguirlos para garantizar una buena cosecha.

Trasplante

No nos detendremos en las complejidades del cultivo de plántulas; en cambio, comencemos con su siembra en el invernadero. Como es bien sabido, los tomates de invernadero se cultivan mejor a partir de plántulas, por lo que el proceso de trasplante de macetas al invernadero requiere especial atención. Ante todo, es fundamental cultivar o adquirir plántulas de alta calidad. La calidad de las plántulas se determina mediante los siguientes criterios:

  • La altura de las plantas debe ser de al menos 20 cm (idealmente de 25 a 35 cm);
  • La plántula debe tener al menos 8-9 hojas completamente desarrolladas;
  • Es deseable que ya se haya formado un racimo de frutos, pero que los brotes aún no hayan florecido;
  • Las hojas tenían un color verde oscuro intenso;
  • El sistema radicular está vivo y bien desarrollado (idealmente, debería cubrir todo el sustrato).Plántulas de tomate después de la siembra

Si se planta correctamente y se le brindan los cuidados adecuados, dicha plántula echará raíces rápidamente en el invernadero y comenzará a dar frutos en poco tiempo.

Ahora bien, en cuanto a la siembra, el momento óptimo para plantar los plantones depende del clima de la región y del equipamiento del invernadero. En estructuras permanentes de policarbonato con calefacción, los tomates pueden cultivarse durante todo el año, pero en un invernadero sin calefacción, y especialmente en uno de plástico, es necesario esperar a que la tierra alcance una temperatura de 15-16 °C.

También conviene considerar de antemano la composición del suelo donde se trasplantarán las plántulas. Para cultivar hortalizas tempranas en primavera, lo mejor es empezar a preparar el suelo en otoño, después de la última cosecha. Si se cultivan hortalizas durante todo el año, es necesario dejar reposar el suelo al menos un mes después de la cosecha.

Antes de cada nueva siembra, conviene renovar la tierra del invernadero y, si está completamente agotada, reemplazarla. Inmediatamente después de que termine la fructificación, se debe remover la tierra, limpiarla de restos vegetales y grumos, y desinfectarla. Si las plantas anteriores estaban enfermas, es mejor reemplazar la capa superior de tierra. Se recomienda añadir fertilizante orgánico al remover la tierra y fertilizante mineral poco antes de la siembra.Fertilizantes minerales para el suelo

Muchos horticultores prefieren utilizar patrones de siembra para los tomates, pero al cultivarlos en invernadero, es importante considerar no solo las características de la variedad, sino también el espacio disponible. En invernadero, se acepta una siembra ligeramente más densa, pero debe realizarse de manera que las plantas adultas no se apiñen.

  • Las variedades altas (indeterminadas, que forman un solo tallo) deben plantarse en hileras a una distancia de 60-70 cm entre hileras y 70-80 cm entre arbustos;
  • Los arbustos de bajo crecimiento se pueden plantar a una distancia de 30-40 cm entre sí y de 40-50 cm entre hileras.

Para ahorrar espacio en el invernadero, se recomienda utilizar un patrón de siembra escalonado, reduciendo la distancia entre hileras a 40 cm y dejando un espacio de 0,8 m entre ellas. Las plantas deben sembrarse a una profundidad máxima de 4 cm. Si las plántulas son demasiado altas, se deben sembrar más profundamente y con una inclinación de 45°. Antes de sembrar, se deben regar bien los hoyos con agua tibia (18-20 °C) y se deben plantar las plántulas mientras aún estén húmedas. Esta técnica permite que las raíces se extiendan más rápidamente.

Vídeo "Plantación de plántulas"

Este vídeo te mostrará cómo plantar correctamente los plantones de tomate.

Cuidado

Tras plantar los plantones en el invernadero, comienza una nueva etapa, aún más importante: el cuidado de las plantas, que presenta sus propios desafíos. Los plantones pasarán los primeros 10-15 días estableciéndose. Para asegurar el éxito de este proceso, es fundamental mantener un microclima específico en el invernadero. La temperatura debe ajustarse a 20-22 °C. Si hace sol, las plantas jóvenes deben recibir sombra parcial para protegerlas de la luz solar directa.Control de temperatura en un invernadero

Como el suelo está bien húmedo durante la siembra, no es necesario regar las plántulas durante los próximos 10 días; simplemente se puede cubrir el suelo entre las hileras con una capa fina de mantillo. Todas las actividades de cuidado comienzan 10 días después de la siembra, o después de que las plantas comiencen a crecer en la nueva ubicación.

Riego

No debes empezar a regar hasta que los tomates comiencen a crecer. El alargamiento de los tallos y las ramas indica que la planta se ha establecido y necesita nutrientes, incluyendo agua. No se recomienda regar antes, ya que el exceso de humedad puede provocar la pudrición de la raíz y la muerte de la plántula.

Durante el invierno y la primavera, riegue cada 5-7 días. Si la tierra se seca antes, reduzca la temperatura. Para plantas jóvenes, riegue con 5-7 litros por metro cuadrado de superficie. A medida que las plantas crecen, aumente la cantidad de agua: hasta 12 litros al inicio de la floración y hasta 15 litros con la llegada del calor y el comienzo de la fructificación.Regar los tomates con agua

Se recomienda regar sin luz solar directa, al atardecer o temprano por la mañana. El agua debe estar a una temperatura similar a la del suelo para evitar estresar las plantas. Riegue directamente en las raíces, evitando el contacto con el follaje. Lo ideal es que el invernadero cuente con un sistema de riego por goteo; de no ser así, puede usar una regadera con boquilla larga o una botella.

Ventilación

Los tomates no toleran la humedad excesiva, y dado que la acumulación de humedad en un invernadero es inevitable, la ventilación es fundamental para su cuidado. La condensación en los invernaderos se produce debido a las altas temperaturas. Esto suele ocurrir cuando el sol brilla durante la mayor parte del día y la temperatura en el invernadero alcanza los 30 °C o más. En estas condiciones, los tomates comienzan a perder flores y ovarios, y se desarrollan enfermedades fúngicas en las hojas.Enfermedad fúngica en los tomates

En primavera, conviene ventilar el invernadero a diario abriendo las rejillas de ventilación. Las corrientes de aire fuertes son perjudiciales para los tomates, pero una brisa ligera les beneficia, así que, cuando no haya viento, se pueden abrir las rejillas. Conforme suban las temperaturas, se pueden abrir las ventanas un cuarto para atraer insectos polinizadores. La ventilación debe mantenerse hasta que se haya evaporado toda la humedad del invernadero, pero en verano se puede prolongar.

Temperatura

Mantener un régimen de temperatura estable en un invernadero implica igualar las temperaturas diurnas y nocturnas. Generalmente, las regiones donde se cultiva tomate en invernadero presentan climas inestables, con diferencias significativas entre las temperaturas diurnas y nocturnas. Si las temperaturas diurnas superan los 30 °C y las nocturnas descienden hasta los 10 °C, un cultivo que requiere calor, como el tomate, puede morir.Control climático en un invernadero

La temperatura óptima para el desarrollo saludable del tomate se sitúa entre 20 y 22 °C, siendo aceptables temperaturas diurnas de hasta 25 °C. Sin embargo, 28 °C es demasiado baja, ya que superar esta temperatura puede provocar la caída de hojas, flores o frutos. Las temperaturas nocturnas deben mantenerse entre 16 y 18 °C, pero no por debajo de 15 °C. También es importante controlar los niveles de humedad en la habitación. Un nivel de humedad del 65-70 % se considera normal; este nivel también indica que la humedad del suelo se encuentra dentro del rango normal.

Polinización

La mayoría de las variedades de tomate son capaces de autopolinizarse, pero en invernadero este proceso resulta difícil por diversas razones: la falta de insectos y viento, y la alta humedad, que impide que el polen se desmorone. Por lo tanto, al comenzar la floración, es necesario ayudar a las plantas con la polinización artificial, utilizando un pincel, algodón u otros medios disponibles.

Algunos propietarios de invernaderos introducen una colmena durante la floración. Este método es sin duda beneficioso, pero no todos pueden permitírselo y solo resulta práctico para invernaderos grandes y permanentes. Para invernaderos más pequeños, basta con abrir las ventanas para que las abejas accedan a las plantas o polinizar las flores manualmente.Una abeja poliniza los tomates

La polinización manual se realiza con un pincel de cerdas naturales. Lo ideal es hacerla por la mañana, a una temperatura de 24-25 °C y una humedad del 70 %, ya que en estas condiciones el polen se vuelve quebradizo y se transporta con facilidad. El mejor momento para la polinización es al día siguiente de que la flor se haya abierto por completo.

Formación Bush

Las variedades de tomate indeterminadas (altas) se cultivan con mayor frecuencia en invernaderos. Estas deben guiarse para que tengan un solo tallo, luego se les poda la punta y se les ata a un soporte. Las plantas deben guiarse dentro de la primera semana después de haberse establecido en su nueva ubicación, y el soporte (enrejado o estacas) debe instalarse al momento de la siembra.

Las plantas jóvenes deben atarse a soportes entre 7 y 10 días después de plantarlas en el invernadero; esto facilitará el seguimiento del crecimiento del tallo. En cuanto a la eliminación de brotes laterales, al guiar la planta para que tenga un solo tallo, se puede dejar el inferior y eliminar los demás a medida que aparezcan. Es mejor eliminar los brotes laterales por la mañana para que la zona dañada tenga tiempo de cicatrizar antes del atardecer. Además, los brotes son más frágiles por la mañana y se rompen con mayor facilidad.Despuntar los brotes de tomate en una telpitsa

Los tomates altos se podan lateralmente antes de que aparezcan 7 u 8 racimos de frutos. Después, se debe despuntar el tallo y eliminar las hojas inferiores. Esto ayudará a controlar el crecimiento de la planta y a dirigir su energía hacia la maduración de los frutos. Los tomates de porte bajo se guían en 2 o 3 tallos, dejando los hijuelos laterales inferiores más fuertes. Por lo demás, el procedimiento es el mismo que para los tomates altos.

Fertilizante superficial

Los tomates consumen muchos nutrientes durante su crecimiento, por lo que, a pesar de fertilizar el suelo al plantarlos, necesitan ser abonados de 3 a 4 veces más durante la temporada. Las plantas requieren tanto fertilizantes orgánicos como minerales por igual, pero dado que los fertilizantes minerales favorecen la acumulación de nitratos en el fruto, se recomiendan solo a principios de primavera o durante el primer abonado, pero no más tarde de 1,5 a 2 meses antes de la cosecha. Durante el resto de la temporada, se realizan abonados radiculares con soluciones orgánicas.

  • la primera (2-3 semanas después de la siembra) - con una solución de gordolobo con nitrofosca: 0,5 l de estiércol, 1 cucharada de nitrofosca/10 l de agua;
  • la segunda (después de 10 días) – estiércol líquido en una concentración de 1:15;
  • tercera fertilización: gordolobo en una proporción de 1:10 durante el riego.El estiércol de vaca para fertilizar tomates "madura" en un barril.

El consumo medio de fertilizante líquido es de 1 litro por arbusto, pero debe tenerse en cuenta el tamaño de la planta.

Enfermedades y problemas

Al cultivar tomates en invernadero, los horticultores se enfrentan a numerosos problemas relacionados tanto con enfermedades como con malas prácticas agrícolas. Los más comunes son:

  • caída de hojas y flores;
  • las hojas se enroscan y luego se secan;
  • detener el crecimiento y desarrollo de los arbustos;
  • maduración incompleta de los frutos, así como la ausencia de ovarios en los racimos superiores;
  • debilitamiento de la planta.

Si los arbustos parecen sanos y vigorosos, pero no se forman ovarios, significa que todos los nutrientes se están utilizando para el crecimiento vegetativo. Esto podría deberse a un exceso de fertilizantes minerales, riego excesivo o iluminación insuficiente. ¿Qué se debe hacer en esta situación? Primero, suspenda el riego durante una semana y aumente la temperatura del invernadero a 24-25 °C.

La caída de flores y ovarios, por otro lado, se produce debido a la sequedad excesiva del suelo y del aire. En este caso, es necesario ventilar el invernadero con mayor frecuencia, bajar la temperatura y aumentar el riego.Foto del proceso de riego de los tomates

Si la planta no tiene la fuerza suficiente para madurar todos los frutos, simplemente recoja los racimos con anticipación; madurarán perfectamente en unos días al sol.

Una planta débil se debe a la falta de luz o nutrientes. Si el invernadero está bien iluminado, intente revitalizar los tomates con fertilizante orgánico adicional o rociando las hojas con una solución de ácido bórico.

La enfermedad más común en invernaderos es el tizón tardío. Las esporas de este hongo se activan con la alta humedad y la densidad excesiva de plantas. Controlar el hongo es muy difícil, pero el tizón tardío puede retrasarse tratando las plantas con Fitosporin cada 10 días. Para prevenir la pudrición, evite que las hojas toquen el suelo. Para ello, se recomienda eliminar las hojas inferiores y cubrir la tierra alrededor de las plantas con mantillo.

Vídeo "Salida"

Este vídeo te mostrará cómo cuidar los tomates en un invernadero.

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