Cómo regar correctamente los tomates en un invernadero
Contenido
Características del cultivo
Para responder a la pregunta "¿Con qué frecuencia debo regar los tomates en un invernadero de policarbonato?", es necesario conocer algunos detalles sobre el cultivo de tomates. Esta hortaliza crece mejor en regiones del sur, ya que prospera a pleno sol.
Si vas a cultivar tomates en climas templados o del norte, los invernaderos de policarbonato son la mejor opción. Esto garantizará temperaturas y humedad más estables durante el cultivo, protegerá las plántulas del viento y el rocío, y evitará que el exceso de humedad penetre en el suelo durante las lluvias.
Cultivar tomates en invernadero crea las condiciones ideales para un crecimiento óptimo. Uno de los retos de su cultivo es la preparación del sustrato. Una vez plantadas las plántulas, solo requieren los cuidados adecuados para que enraícen rápidamente y crezcan con vigor.
Vídeo: Cultivo de tomates en un invernadero
Un vídeo sobre las peculiaridades del cultivo de tomates en invernadero.
Riego
El riego de tomates en invernadero requiere considerar varios factores. Esto implica regar las plántulas con regularidad y según su etapa de crecimiento. También es importante determinar el momento más adecuado para el riego, la frecuencia de riego y considerar los distintos métodos disponibles para regar el suelo.
Riego en diferentes etapas del desarrollo
Es muy importante comprender cuánta agua se debe agregar al suelo en las diferentes etapas del crecimiento del tomate.
Si no se riega la tierra después de plantar tomates, existe un alto riesgo de que las plántulas no se establezcan. Se enraizarán demasiado, el sistema radicular se debilitará rápidamente y la recuperación será lenta. Por lo tanto, es fundamental proporcionarles condiciones favorables después de la siembra para que se aclimaten rápidamente y comiencen a crecer con vigor.
Antes de plantar, también es aconsejable humedecer la tierra un día antes y aplicar fertilizante una semana antes para mejorar las propiedades del suelo.
Los tomates requieren más agua durante su crecimiento, antes de la floración, cuando la planta desarrolla más follaje preparándose para la fructificación. Durante la fructificación, las necesidades de agua serán constantes y dependerán en gran medida de la variedad de tomate. Para asegurar una buena cosecha, es fundamental un riego adecuado y uniforme durante todas las etapas de crecimiento, así como un acceso constante a la luz solar.
Métodos
Los jardineros experimentados saben que los tomates necesitan riego en la raíz. Evite que la humedad llegue al follaje, ya que esto puede favorecer la aparición de enfermedades. Los invernaderos de policarbonato suelen estar equipados con sistemas de riego especiales que impiden que el agua fría llegue a las hojas.
El riego por goteo es muy eficaz. Permite una aplicación uniforme de agua fría cerca de las raíces. Además, es muy eficiente energéticamente, ya que el agua no cae sobre el suelo desnudo. Un sistema de goteo también previene la compactación del suelo durante el riego, eliminando la necesidad de labrarlo regularmente. Los expertos coinciden en que el riego por goteo es el mejor método. Existen otros sistemas con principios similares.
Los métodos mecánicos aún son comunes. Se requiere mayor cuidado al utilizarlos.
Regar con manguera suele producir un chorro fuerte de agua fría. Esto remueve la tierra alrededor de la planta, compactando la capa inferior. Esto reduce el flujo de agua hacia las raíces. Un chorro fuerte también puede dañar las raíces, y las salpicaduras pueden mojar toda la planta. Por esta razón, asegúrese de controlar la presión del agua. Al regar con manguera, es más difícil calcular el volumen de agua necesario para cada tomatera.
El riego mecánico requiere mucho más tiempo y energía que otros métodos.
Cuando aumenta la humedad en un invernadero de policarbonato, la ventilación es esencial. El aire viciado, que a menudo se acumula entre las hileras de tomates, afecta directamente al crecimiento del cultivo.
Periodicidad
Tras plantar los plantones en la tierra, riéguelos con frecuencia; de media, con 4-5 litros por planta es suficiente. Después, puede esperar unos 10 días antes de volver a regarlos. Durante este tiempo, los plantones se establecerán y se adaptarán a las nuevas condiciones.
A continuación, riega las plántulas cuando la capa superior de la tierra se seque, removiéndola periódicamente. Normalmente, se necesitan de 3 a 4 litros de agua por planta cada 2 o 3 días. Hay que tener en cuenta otros factores. En climas cálidos y con poca humedad, puedes añadir más agua y es recomendable aumentar la frecuencia de riego. Es importante evitar el exceso de riego, ya que puede provocar que las plantas se pudran.
Una vez que los tomates comiencen a formarse y madurar gradualmente, bastará con regarlos solo dos veces por semana. No necesitarán mucha agua, pero debe penetrar en la tierra hasta una profundidad de 20 centímetros. En esta etapa, la luz solar es más importante para que los tomates se desarrollen y maduren más rápido.
Con un riego adecuado, se puede lograr una buena cosecha al final de la temporada.
El mejor momento para regar
Para regar correctamente, es importante elegir el momento más adecuado. Lo ideal es hacerlo temprano por la mañana o al atardecer, ya que el sol no secará la mayor parte de la humedad que penetra en la tierra.
Al cultivar tomates en un invernadero de policarbonato, el momento del riego no es crucial. Se puede determinar inmediatamente después de plantar las plántulas en la tierra para asegurar un riego adecuado y oportuno en el futuro.
Falta o exceso de humedad
Los tomates son plantas que requieren mucha humedad, pero toleran la sequía, muy común en verano. Quienes se inician en la jardinería deben saber que las plántulas jóvenes necesitan riegos más frecuentes y abundantes que durante la maduración. El aspecto de las plántulas permite saber si la tierra está bien regada.
Si las puntas de las hojas superiores de los arbustos comienzan a secarse y a rizarse, significa que no hay suficiente humedad. Por lo tanto, es necesario regar con urgencia y se puede añadir fertilizante al suelo. Si aparecen signos de pudrición en la parte inferior del tallo o en las hojas, deje de regar o reduzca la frecuencia del riego. Cuando los tomates empiezan a madurar, si hay demasiada humedad en el suelo, comenzarán a agrietarse.
Además, una gran cantidad de agua fría cerca del sistema radicular puede provocar el desarrollo de tizón tardío en las plántulas, lo que puede causar la muerte de toda la cosecha en una semana.
Vídeo: Cómo regar los tomates en un invernadero
Un vídeo sobre cómo regar correctamente los tomates en un invernadero.









