¿Qué hacer con las manchas amarillas en las hojas de tomate?

Muchos jardineros se encuentran con manchas amarillas en las hojas de los tomates. Estas señales no deben ignorarse, ya que en la mayoría de los casos indican el inicio de una enfermedad que puede provocar la muerte de la planta. ¿Qué se debe hacer si aparecen manchas en plántulas o plantas maduras? Es necesario tomar medidas inmediatas para salvar los tomates. Pero para resolver el problema, primero hay que determinar la causa exacta de la enfermedad. ¿O quizás las manchas no se deban a una enfermedad, sino a malas condiciones de cultivo? Exploraremos estas cuestiones en este artículo.

¿Por qué están cubiertas de manchas las hojas de los arbustos?

Las manchas en las hojas del tomate son el problema más común en su cultivo. Estos síntomas pueden indicar diversas enfermedades o factores que pueden tener consecuencias muy graves, por lo que antes de actuar, es importante determinar la causa de las manchas.Manchas amarillas en las hojas de tomate

Cabe destacar que las manchas foliares son más comunes en los tomates de invernadero, ya que estos presentan temperaturas y humedad más elevadas, condiciones ideales para el desarrollo de enfermedades fúngicas. Por lo tanto, las principales causas de las manchas foliares en los tomates son los hongos y las malas condiciones de la planta.

Vídeo "Motivos de la aparición"

Este vídeo te explicará por qué las hojas de tomate se ponen amarillas.

Enfermedades de las plantas de tomate

Todas las posibles enfermedades del tomate se suelen clasificar según el tipo de patógeno:

  • hongos: tizón tardío, cladosporiosis (moho), oídio, septicosis, fusarium, podredumbre gris y otros;
  • viral: rizado de hojas, mosaico;
  • bacteriano: cáncer bacteriano.Enfermedad del tomate - tizón tardío

Las enfermedades del tomate también pueden deberse a prácticas de cultivo inadecuadas, como el riego excesivo o insuficiente, las fluctuaciones bruscas de temperatura y las deficiencias o excesos de nutrientes. Estos factores contribuyen al desarrollo de la mayoría de las enfermedades fúngicas, las cuales analizaremos con más detalle.

tizón tardío

El tizón tardío suele atacar los tomates cultivados al aire libre hacia el final de la temporada de cultivo, cuando las lluvias son frecuentes, las noches se vuelven frías y las mañanas son brumosas y húmedas. El hongo se activa con especial rapidez en condiciones de humedad excesiva y fluctuaciones de temperatura. En el caso de los tomates de invernadero, el riesgo de tizón tardío persiste durante toda la temporada, ya que la regulación de la temperatura y la humedad suele ser difícil.

En su etapa inicial, el tizón tardío se manifiesta como una ligera capa blanca en el envés de la hoja. Con el tiempo, aparecen manchas ovaladas marrones en las zonas dañadas, que pronto se extienden a los tallos. En pocos días, se produce necrosis del tejido y la planta enferma se seca por completo y muere. Para combatir el hongo, se tratan las plantas con fungicidas (Bravo, Quadris), sulfato de cobre (1 cucharada por cada 10 litros de agua) y una solución salina al 10 %. El hongo persiste bien en el suelo, por lo que, tras la cosecha de los tomates, se debe desinfectar el suelo y quemar las plantas enfermas.

Daños en las plantas por quemaduras solares

Las manchas blancas causadas por la exposición excesiva al sol suelen aparecer en los brotes jóvenes de tomate. Esto ocurre porque los brotes crecen débiles y sobreprotegidos en interiores, y al exponerse por primera vez a la luz solar intensa, las hojas jóvenes se queman inmediatamente. Es imposible recuperar las hojas quemadas por el sol, ya que pierden la capacidad de realizar la fotosíntesis por completo, por lo que es importante prevenir las quemaduras solares. Para ello, los brotes deben colocarse en un alféizar soleado tan pronto como germinen. A medida que las plantas crecen, las macetas o cajas se sacan al exterior diariamente para que se aclimaten y se endurezcan. Los brotes en el alféizar se giran una vez por semana para asegurar que reciban luz solar por todos lados.

Mancha marrón en los tomates

Si aparecen manchas amarillas en la parte superior de las hojas de tomate y manchas marrones en la inferior, las plantas están infectadas con la mancha marrón. Esta enfermedad fúngica comienza en las capas inferiores de la planta y afecta solo a las partes verdes, dejando el fruto intacto. Si las hojas no se tratan inmediatamente con fungicidas biológicos, las manchas aumentarán de tamaño y se unirán, formando grandes parches amarillos.Mancha marrón en los tomates

Estas hojas son incapaces de realizar la fotosíntesis y, por lo tanto, de nutrir a las plantas; deben eliminarse y destruirse (preferiblemente quemándolas). La enfermedad no tiene cura. La única medida preventiva consiste en eliminar las hojas enfermas, que pueden infectar a las plantas sanas, y tratarlas con fungicidas (Bravo, Ditan, oxicloruro de cobre) como medida preventiva.

Cladosporiosis

La cladosporiosis, también conocida como moho foliar, es otra enfermedad fúngica que puede afectar a las hojas. Los primeros síntomas se manifiestan como una capa oscura en el envés de la planta. Gradualmente, esta capa se torna amarilla y las manchas aumentan de tamaño.Cladosporiosis en las hojas

En casos avanzados, las manchas se extienden a la parte superior del arbusto y los tallos, y las hojas completamente dañadas se secan. Para combatir la cladosporiosis, utilice los mismos tratamientos que para cualquier otra enfermedad fúngica: fungicidas (Barrier, caldo bordelés, sulfato de cobre). Después de la cosecha, riegue el suelo con una solución desinfectante y elimine los restos vegetales.

Oídio

La presencia de una capa pulverulenta blanca o grisácea en las hojas, similar al moho, es un síntoma de oídio en las tomateras. Esta enfermedad, también de origen fúngico, puede afectar no solo a las hojas, sino también a los tallos, las flores y los frutos, incluso los maduros. Las condiciones que favorecen la actividad del hongo incluyen altas temperaturas (calor), riego insuficiente y alta humedad. El oídio suele aparecer en climas donde la lluvia se alterna con el calor.Oídio en las hojas de tomate

Los primeros síntomas de la enfermedad se manifiestan como pequeñas manchas en las hojas. La zona afectada se extiende rápidamente y las manchas se cubren de una sustancia húmeda. En los frutos, el daño se acompaña de agrietamiento, pudrición y la aparición de manchas marrones bajo la piel. Las flores afectadas por el hongo se ennegrecen y se caen. Para tratar los tomates se utilizan fungicidas (caldo bordelés, sulfato de cobre) y remedios caseros: una solución de jabón y bicarbonato (5 g de jabón, 25 g de bicarbonato por cada 5 l de agua), permanganato de potasio (2,5 g por cada 10 l de agua), suero de leche y una solución de yodo (10 ml por cada 10 l de agua).

Septoria

La enfermedad es especialmente activa en climas fríos, lluviosos y ventosos. El hongo se propaga desde la parte inferior del arbusto, infectando primero el follaje más viejo.Septoria en tomates

Los primeros síntomas de la enfermedad son una pequeña mancha amarilla que crece rápidamente en el limbo de la hoja, desarrollando bordes oscuros bien definidos. Pronto, las hojas se secan, el tallo comienza a amarillear y la planta muere. Deben eliminarse las hojas enfermas y tratarse las sanas con fungicidas a base de cobre (Horus, sulfato de cobre, oxicloruro de cobre).

Alternaria

Una enfermedad fúngica que se produce por fluctuaciones de temperatura y alta humedad. En casos avanzados, puede provocar la pérdida total o parcial de la cosecha, ya que afecta tanto a las hojas como a los frutos. Los síntomas incluyen manchas negras aisladas en hojas amarillentas, necrosis del tejido y muerte completa de las hojas. En los frutos, la alternariosis se manifiesta como manchas hundidas y áreas ennegrecidas. Las medidas de control incluyen fungicidas, rotación de cultivos y labranza adecuada del suelo.

Marchitamiento por Fusarium del tomate

Una enfermedad fúngica que causa clorosis severa en las hojas. La planta se ve debilitada y mustia, las hojas se tornan amarillas y las raíces se pudren. El hongo ataca con mayor frecuencia los tomates cultivados en el sur, ya que las condiciones allí son favorables para su desarrollo.Marchitamiento por Fusarium en etapa tardía del tomate

El hongo penetra en la planta a través de las raíces desde el suelo, por lo que la medida más eficaz para controlar la enfermedad es la desinfección de la zona. Las plantas afectadas deben rociarse con fungicidas (Fitosporin, Fundazol).

malas condiciones de cultivo

Las manchas en las tomateras suelen aparecer cuando no se les proporcionan las condiciones adecuadas o cuando están sometidas a estrés constante. En este caso, las manchas pueden deberse a:

  • Cambio repentino en el clima (lluvias prolongadas, ola de frío);
  • traslado a otro lugar;
  • daños mecánicos, debilitamiento del sistema radicular;
  • deficiencia de macro- o microelementos: zinc, boro, cobre, azufre, molibdeno, así como nitrógeno o magnesio.

El problema de la deficiencia de nutrientes se puede solucionar fácilmente con alimentación suplementaria.

Daños al sistema radicular

Los daños mecánicos o la pudrición de las raíces son causas bastante comunes de manchas en las hojas. Las raíces pueden dañarse durante el trasplante o por una manipulación incorrecta.

Entre los signos de daño en las raíces se incluye el amarilleamiento del follaje en la base de la planta. Este problema se resuelve por sí solo a medida que las raíces se regeneran con el tiempo. Sin embargo, si las raíces se están pudriendo, es poco probable que el arbusto se salve, salvo mediante la aplicación de fungicidas.

Sin embargo, también es importante saber que las plantas experimentan de forma natural la muerte regresiva de las hojas, y los tomates no son una excepción. En pequeñas cantidades, las hojas inferiores pueden ponerse amarillas y morir. Si las manchas no se extienden, no hay motivo de preocupación.

Vídeo "Enfermedades del tomate"

Este vídeo te informará sobre las enfermedades del tomate y su tratamiento.

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