Técnica de plantación de grosellas negras en otoño
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Fechas de siembra en otoño
La siembra de grosellas negras en otoño abarca un amplio rango de fechas. El momento idóneo varía considerablemente según la región. Generalmente, se sitúa entre finales de agosto y principios de octubre. Lo fundamental es plantarlas justo cuando las grosellas han dejado de dar fruto y sus hojas comienzan a secarse y caer.
Este asunto no debe posponerse hasta el último momento. La mejor opción es plantar unas semanas antes de la primera helada, o mejor aún, incluso antes. Esto facilita mucho su cultivo. En 2 o 3 semanas, las grosellas tienen tiempo de echar raíces y, por lo tanto, son resistentes a cualquier condición climática.
Selección de plántulas
Para asegurar la cosecha deseada y que la siembra de grosellas otoñales sea provechosa, es importante seleccionar el material de plantación adecuado. Primero, es necesario informarse sobre el éxito de cada variedad en su región, ya que no todas las grosellas se adaptan a un clima, tiempo o suelo en particular. Tras seleccionar una variedad, deberá decidir si plantar plántulas o esquejes. Dado que este último método solo es adecuado para regiones cálidas y con un clima apropiado, plantar arbustos suele ser la opción preferida.
Para asegurar el éxito de la plantación y una fructificación oportuna, elija arbustos de uno a dos años. Estos prosperan en nuevos lugares. Los arbustos de un año se caracterizan por sus raíces pequeñas y gruesas, brotes de menos de 30 cm de largo y numerosas raicillas delgadas. Un arbusto de dos años ya tiene un sistema radicular más desarrollado: dos o tres raíces semileñosas de 15 a 20 cm de largo.
Estos arbustos enraízan mejor y comienzan a producir su máximo rendimiento al menos un año antes. Inspeccione cuidadosamente las raíces del arbusto que elija: no deben tener raíces principales rotas y deben presentar un número mínimo de brotes radiculares dañados. La plántula no debe verse débil ni enferma.
Las grosellas compradas deben plantarse inmediatamente para evitar que se sequen por completo. Si aún tienen hojas verdes, no espere, ya que agotarán la humedad y la energía de la planta.
Si planeas un viaje largo o necesitas esperar un tiempo antes de plantar, envuelve las raíces con una gasa o arpillera gruesa y húmeda, y luego cúbrelas con plástico. Esto ayudará a conservar los nutrientes de las grosellas y evitará que se sequen.
Preparación del suelo
Para asegurar una buena cosecha de grosellas, es necesario preparar la tierra con antelación. Primero, nivele la superficie de plantación y cave hasta la profundidad de una pala. Los hoyos para las plántulas no deben ser muy grandes; con 50 cm de profundidad y ancho es suficiente. Este espacio será suficiente. No tiene sentido plantar los arbustos en tierra limpia.
Las grosellas responden bien al fertilizante. Para preparar una mezcla de tierra fértil, mezcle la tierra con estiércol bien descompuesto, ceniza, compost o humus. Vierta parte de la mezcla en el hoyo y riegue. Luego, extendiendo bien las raíces, colóquelas en el hoyo, cúbralas con la mezcla y riegue abundantemente. Recuerde que al usar estiércol de caballo, también debe agregar aserrín, hojas caídas o paja. Si su suelo es ácido, agregue tiza, cal apagada o piedra caliza molida.
Si no tienes fertilizantes orgánicos en tu jardín, puedes usar fertilizantes minerales; funcionan igual de bien. Sin embargo, para proteger las raíces de las quemaduras, aplica primero una capa de tierra para macetas, luego un fertilizante mineral y, finalmente, otra capa de tierra para macetas. Después, planta las grosellas.
Opciones de plantación
La respuesta a la pregunta de cómo plantar grosellas es sencilla: al plantarlas, recuerde que prefieren un lugar soleado, aunque toleran bien algo de sombra. El problema es que producen mucha menos fruta en sombra constante que a pleno sol. Estos arbustos no toleran los suelos demasiado ácidos, por lo que elegir el lugar adecuado debe hacerse con cuidado. Antes de plantar, elimine las raíces y los brotes dañados de las plántulas. Si las raíces se secan durante el transporte, colóquelas en un recipiente con agua durante varias horas.
Arbusto
Si vas a plantar un arbusto de grosella común, recuerda este truco: colócalo en el hoyo con una inclinación de aproximadamente 45°. Las plántulas plantadas de esta manera podrán crecer de forma uniforme y distribuir los nutrientes al año siguiente, gracias a los nuevos brotes que crecen desde la tierra sin interferir con las ramas más viejas. El cuello de la raíz debe tener una profundidad de 5 a 8 cm. Para asegurarte de esto, prepara los hoyos varias semanas antes de plantar. Esto permitirá que la tierra se asiente y podrás ver con exactitud la profundidad que necesita el arbusto.
Es importante mantener la distancia entre los arbustos. Debe ser de al menos 1 m, pero 1,5 m es lo ideal. Después de llenar el hoyo completamente de tierra, haga un surco alrededor de sus bordes y riéguelo. A continuación, cubra la tierra con mantillo para evitar que se forme una costra.
Inmediatamente después de plantar, poda los brotes, dejando 10-15 cm por encima del suelo para que tengan 4-5 yemas. Los trozos cortados se pueden enterrar en la tierra; probablemente echarán raíces y estarán listos para trasplantar.
Enrejado
Cultivar grosellas en espaldera es una buena opción. Esto resulta práctico porque todas las bayas quedan al mismo nivel y no hay brotes adicionales en la base del arbusto. Las bayas más grandes crecen en la parte superior de la espaldera, y la fructificación se acelera porque todo el arbusto recibe la energía solar necesaria.
Para plantar los plantones de esta manera, se extienden espalderas de 50 x 120 cm. De todo el arbusto, solo se dejan los dos brotes más fuertes, atándolos en dos puntos. El resto se cortan a ras del suelo. Al año siguiente, después de la cosecha, se repite la poda de brotes, dejando solo dos. En el tercer año de fructificación, se podan las ramas de tres años, dejando dos brotes jóvenes en su lugar. Este procedimiento se repite durante varios años.
Con este sistema de rejuvenecimiento de arbustos, se reduce el riesgo de daños por enfermedades y plagas, porque el eslabón débil —las ramas de 3 a 4 años— se corta a tiempo.
Estándar
El método estándar de cultivo de grosellas también resulta de gran interés. Solo es adecuado en zonas donde las heladas son prácticamente imposibles para las ramas, con una selección de variedades y sin un gran número de brotes nuevos cada año.
Los arbustos de grosella deben plantarse según el método estándar, con un patrón de 50 x 200 cm. El primer año, la fructificación se produce en brotes de 50 a 80 cm, y el segundo año, a los 40 cm. Se necesitan de 4 a 5 años para que el arbusto adquiera un tamaño de unos 5 cm de grosor. Se podan las ramas viejas, dejando solo unas pocas yemas. Esto renueva el arbusto. Para evitar que los brotes alteren la forma del arbusto, se deja un brote basal de un año, que se reemplaza periódicamente por uno nuevo.
Cuidados posteriores a la siembra
Tras plantar groselleros, querrás una cosecha abundante. Para ello, recuerda regarlos con regularidad y eliminar las malas hierbas al principio de la temporada. Antes de cada temporada de fructificación, aplica fertilizantes minerales y orgánicos. No olvides podar los arbustos para mantener su forma y eliminar los brotes enfermos.
Si sigues unas sencillas reglas, ¡tienes garantizada una excelente cosecha de grosellas!
Vídeo: "Guía para la plantación de grosellas"
En este vídeo, un especialista explicará las reglas para plantar grosellas negras.








