Reglas para la poda de otoño y primavera de las grosellas rojas

La poda anual de las grosellas rojas es tan esencial para una fructificación abundante y duradera como la fertilización, el riego y la preparación del suelo. Ignorar este procedimiento conllevará la muerte incluso de las variedades más productivas y resistentes.

¿Por qué se recomienda la poda?

Los groselleros rojos son longevos. Crecen y dan fruto de forma fiable en el mismo lugar durante 20-25 años. Prefieren suelos fértiles con humedad moderada constante y abundante sol. Por lo tanto, uno de los objetivos de la poda es maximizar la exposición del arbusto a la luz. Durante los primeros siete años, se eliminan los brotes débiles, y en los años siguientes, los brotes innecesarios y las ramas viejas e improductivas. Esto permite que el arbusto utilice su fuerza de forma eficiente, despejando la copa de ramas superfluas.

La grosella roja es una planta longeva.

Las grosellas rojas son menos susceptibles a las enfermedades fúngicas que las grosellas negras y poseen una notable resistencia a las heladas. Los arbustos cubiertos de nieve sobreviven a heladas de hasta -45 °C (-113 °F). Sin embargo, una inspección primaveral puede revelar brotes secos y enfermos, los cuales, por supuesto, deben eliminarse. Una poda adecuada facilita su cuidado y la cosecha. Por lo tanto, también deben podarse las ramas que obstruyan el paso o que se extiendan por el suelo.

Cómo recortar correctamente

Aplicar los mismos principios de poda a las grosellas negras y rojas sería incorrecto, ya que presentan diferencias significativas en su fructificación. Las grosellas negras producen su fruto principal en los brotes laterales anuales de ramas de 3 o 4 años, por lo que se podan para favorecer la ramificación. Las grosellas rojas, en cambio, producen yemas frutales en la base de ramas de un año y se distribuyen uniformemente a lo largo de toda la longitud de las ramas perennes, que pierden su capacidad fructífera solo después de 6 o 7 años.

Por lo tanto, no se realiza la poda de las puntas. Otra característica de las grosellas rojas es su escasa capacidad para formar brotes de orden cero. En siete años, un arbusto produce aproximadamente 25 ramas.

La primera poda se realiza inmediatamente después de la plantación.

La primera poda se realiza inmediatamente después de la plantación, dejando 2-3 yemas en cada brote, la más externa de las cuales debe dirigirse hacia afuera del arbusto. Durante los próximos 6-7 años, elimine las ramas muertas, enfermas, dañadas por las heladas y los brotes nuevos más débiles. En el sexto o séptimo año, elimine las ramas más viejas y el exceso de brotes nuevos, dejando las ramas más fuertes que crecen en la dirección deseada. Un arbusto debe tener entre 20 y 25 ramas de diferentes edades.

Beneficios de la poda de primavera

En marzo, antes de podar, conviene remojar las grosellas rojas en agua caliente. Esto eliminará las esporas dañinas de los brotes y estimulará el desarrollo de las yemas.

Los arbustos de grosella se podan a principios de primavera, antes de que broten las yemas. Primero, se eliminan todos los brotes congelados, secos, enfermos o infestados de ácaros, que se identifican por la hinchazón característica de las yemas. Los brotes más fuertes del año anterior se acortan a la mitad de su longitud hasta la yema exterior, y el resto se poda. Al mismo tiempo, se rejuvenecen los arbustos, eliminando no más de 5 o 6 ramas muertas. Estas deben cortarse lo más bajas posible, sin dejar tocón.

En primavera, se cortan 5 o 6 ramas viejas de grosella.

Se recomienda tratar las heridas grandes con brea. En este momento, se pueden propagar las grosellas por acodo. Para obtener futuras plántulas, seleccione brotes de uno o dos años, dóblelos hacia abajo, colóquelos en una zanja previamente excavada, sujételos con una grapa y cúbralos con tierra. La parte superior del brote debe quedar libre.

Características de la poda de otoño

El otoño es la época óptima para podar las grosellas. Este procedimiento comienza después de que las hojas hayan caído, cuando la planta entra en reposo vegetativo.

Si el arbusto no se podó en primavera, se realiza una poda completa. De lo contrario, la poda sanitaria se limita a esta, la cual, dicho sea de paso, puede realizarse durante todo el verano en cuanto se detecte una rama seca o rota.

Cuidado de un arbusto después de la poda

En abril, se abonan los arbustos con urea y se les aplica un tratamiento preventivo contra enfermedades. Después, cuando el suelo se seca, se aflojan los troncos y se cubren con una capa de 10 centímetros de turba o compost. En otoño, se aplica fertilizante orgánico a los arbustos podados, incorporándolo cuidadosamente al suelo.

En abril, los arbustos de grosella necesitan ser abonados.

Si el otoño es seco, conviene regar las bayas para revitalizarlas. Su alta producción, sus escasos cuidados y su rico aporte de vitaminas y microelementos explican la popularidad de esta baya. Una poda adecuada le permitirá disfrutar de frutos deliciosos y aromáticos durante muchos años.

Vídeo: "Reglas para la poda de arbustos de grosella"

Este vídeo te mostrará cómo podar correctamente los arbustos de grosella.

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