La historia y las principales tradiciones del Día de la Trinidad
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Historia y descripción de la festividad
El Domingo de la Santísima Trinidad, o Pentecostés, como se le suele llamar en el ámbito eclesiástico, es una de las grandes festividades cristianas. A pesar de las diferencias entre la ortodoxia y el catolicismo, la celebran los fieles de ambas religiones. El origen de esta festividad se remonta al Nuevo Testamento, que describe la aparición de Cristo a los apóstoles con instrucciones para prepararlos para el descenso del Espíritu Santo.
El descenso tuvo lugar diez días después de la ascensión y se manifestó a los apóstoles primero como un sonido ensordecedor y luego como fuego. Este fuego fue compartido entre los apóstoles, y al recibirlo, obtuvieron la capacidad de comunicarse en todas las lenguas conocidas, llevando así el cristianismo a todas las naciones. Por este motivo, la Trinidad es también la fiesta de la fundación de la Santa Iglesia.
La Trinidad —Dios Padre, Dios Hijo y Espíritu Santo— da nombre a la festividad, que simboliza la unidad divina que crea el mundo y otorga la gracia. La celebración de la Trinidad tiene lugar cincuenta días después de la Pascua, de ahí su segundo nombre popular.
La festividad consta de dos días: el primero celebra la Santísima Trinidad y la venida del Espíritu Santo (Pentecostés), y el segundo honra al Espíritu Santo dador de vida (Día del Espíritu). La festividad se estableció en el siglo IV, tras la aparición del dogma de la Trinidad. La Rus adoptó la celebración tres siglos después del bautismo. La extraordinaria popularidad de la festividad se evidencia no solo por sus numerosos servicios religiosos, sino también por los muchos rituales y costumbres populares asociados a ella.
El símbolo de la Santísima Trinidad, representado no solo en iconos y reliquias de iglesias, es un triángulo equilátero, que indica la igualdad de los componentes de la esencia divina. También es bien conocido el siguiente simbolismo: la mano simboliza al Padre, el cordero al Hijo y la paloma al Espíritu Santo.
Vídeo "Tradiciones para el Día de la Trinidad"
Este vídeo te informará sobre las principales tradiciones del Domingo de la Santísima Trinidad.
servicios divinos
En las iglesias, la festividad comienza con un servicio solemne: una vigilia nocturna, una liturgia festiva y vísperas, durante las cuales se pide el envío del Espíritu Santo y se conmemora a los difuntos.
El extraordinario esplendor y belleza de la decoración dan testimonio de la importancia y grandeza del día. El canon estipula que la ceremonia se celebre con ornamentos verdes, ya que el verde se considera símbolo del poder vivificador y creador del Espíritu Santo.
Durante la ceremonia, se pide perdón por los pecados y salvación para los difuntos, mencionando a quienes murieron de forma antinatural. Quienes no puedan asistir a la iglesia pueden rezar en casa, ante los iconos. En este día, todas las oraciones serán escuchadas y aceptadas.
rituales y tradiciones folclóricas
La celebración de la Trinidad se arraigó tanto en la vida de la gente que, muy pronto, además de los servicios religiosos, surgieron tradiciones y costumbres populares para celebrar la festividad. Muchas de ellas se siguen observando hoy en día.
Decoración del hogar
En la víspera de este día tan especial, las casas y las iglesias se limpian con esmero y se preparan todo tipo de banquetes suntuosos. Todas las habitaciones y cercas se adornan con ramas de abedul o arce, y los suelos se cubren con hierba recién cortada. Históricamente, se creía que estas ramas actuaban como talismán contra la mala suerte y la desgracia, y que las hierbas poseían poderes curativos especiales. La gente intentaba derramar al menos una lágrima sobre las hierbas recogidas en estos días especiales para prevenir la sequía estival.
Qué se puede y qué no se puede hacer
En este día, es costumbre abrir las puertas de la casa con hospitalidad y agasajar a familiares e invitados con platos festivos y dulces. Tradicionalmente, las madres de las jóvenes solteras guardaban un trozo del pastel de celebración hasta la boda de su hija, para asegurarles una vida familiar feliz y próspera.
Como en cualquier festividad ortodoxa importante, el Domingo de la Santísima Trinidad no se debe pecar con calumnias, agresiones, riñas, regodeo ni hipocresía. Quienes hayan tenido disputas deben reconciliarse y perdonarse mutuamente, quienes estén necesitados deben recibir ayuda y quienes sufran deben ser consolados. La vegetación utilizada para decorar el hogar o la iglesia no debe desecharse; debe quemarse después del Domingo de la Santísima Trinidad.
En este día, era inaceptable realizar trabajos pesados, especialmente labores agrícolas. Casarse en este día también se desaconsejaba, pues se presagiaba una vida matrimonial difícil y llena de adversidades. Sin embargo, pedir esposa en este día se consideraba de muy buena suerte. Estaba prohibido nadar, ya que se creía que las sirenas emergían del fondo del mar y podían hacerle cualquier cosa a un nadador descuidado, incluso arrastrarlo al fondo.
La Iglesia prohíbe la adivinación, pero las costumbres demostraron ser más fuertes que la prohibición.
Divinidad
Las jóvenes solteras solían recurrir a la adivinación para descubrir su futuro, el nombre de su prometido, el amor y el matrimonio. Una de las prácticas más populares era la adivinación con una corona. En una noche festiva, las jóvenes tejían una corona con ciertas hierbas y la dejaban toda la noche en el jardín. Una corona marchita era señal de pequeños problemas, mientras que una fresca significaba prosperidad.
También se lanzaban al río coronas de flores con velas encendidas. Una corona que se hundía cerca de la orilla simbolizaba una relación efímera; una que flotaba río abajo, un encuentro predestinado; y una que llegaba felizmente a la orilla, una boda fugaz.
La adivinación mediante la hierba de San Juan era muy popular, con el propósito de averiguar los sentimientos de un ser querido: había que retorcer la hierba hasta que saliera jugo; si el jugo era claro, los sentimientos no eran correspondidos, el jugo rojo significaba fuertes sentimientos mutuos.
Signos y creencias
El propósito de los presagios y las supersticiones era predecir el futuro cercano. Su significado se confirmó a lo largo de siglos de tradición popular. Unas vacaciones lluviosas presagiaban un verano lluvioso, pero también una buena cosecha de setas. Las hierbas tenían propiedades curativas, y una persona encontrada por casualidad en el bosque podía ser un espíritu del bosque.
Los truenos y relámpagos anunciaban la expulsión de los espíritus malignos, a los que se podía apaciguar dejando comida en el bosque. El buen tiempo presagiaba un año próspero. Asimismo, el Domingo de la Santísima Trinidad, la gente podía comunicarse con los difuntos decorando sus tumbas y visitando el cementerio para conversar con ellos, enviándoles un mensaje de recuerdo y duelo en forma de comida.





