Cómo proteger el ajo durante el invierno y qué materiales utilizar para ello

El ajo es uno de los pocos cultivos que se prefieren para la siembra de invierno. Suele ser la primera opción para quienes se inician en el cultivo de hortalizas invernales. Sin embargo, cultivar hortalizas de invierno tiene sus particularidades: es importante no solo elegir la época de siembra adecuada, sino también encontrar la cobertura óptima. Este artículo te enseñará cómo proteger el ajo durante el invierno.

Tiempo de siembra y refugio

Uno de los requisitos más importantes para plantar ajo es elegir el momento adecuado. Es importante no solo no apresurarse, sino tampoco prolongar el proceso; es necesario elegir el momento óptimo según el clima de la región. En climas templados, el período óptimo de siembra es desde finales de septiembre hasta mediados de octubre. Si se siembra antes, cuando las temperaturas diurnas aún son bastante altas, las plántulas comenzarán a brotar en otoño y morirán con la primera helada fuerte. Retrasar el proceso tampoco es recomendable: la tierra puede enfriarse o encharcarse, lo que la hace inadecuada para los dientes.

Plantar ajo para el invierno

La siembra en octubre tiene sus particularidades. Los dientes de ajo deben prepararse remojándolos durante varias horas en una solución de humato o agua tibia. Si el suelo ya está congelado en octubre, riéguelo con agua tibia antes de plantar los dientes de ajo. A continuación, cubra el terreno con mantillo o una manta. La elección del material de cobertura depende de las condiciones climáticas de la región.

La necesidad de proteger el ajo durante el invierno depende directamente de la zona de cultivo y las condiciones climáticas, en concreto de la presencia de heladas intensas y las temperaturas extremas. El curso de la temporada de frío también es importante: si se producen deshielos, su frecuencia, el nivel de precipitaciones, etc. Una cubierta adecuada cumple varias funciones importantes:

  • ayuda a proteger la plantación de las fluctuaciones de temperatura: los deshielos a corto plazo pueden estimular el crecimiento, pero una vez que terminan, los brotes se congelan y mueren;
  • El aislamiento garantiza mayores rendimientos;
  • Cubrir los brotes con materiales orgánicos favorece el crecimiento de brotes tempranos más fuertes y sanos;
  • proporciona protección adicional contra esporas de hongos y plagas;
  • Previene el exceso de humedad en el suelo y, como consecuencia, la pudrición;
  • La probabilidad de que el ajo muera sin protección es mucho mayor que con ella.

Vídeo: "¿Por qué hay que cubrir los ajos y las cebollas durante el invierno?"

Este vídeo te explicará cómo y por qué debes cubrir las cebollas y los ajos durante el invierno.

Materiales y equipos

Inmediatamente después de la siembra, el lecho se cubre con una mezcla de arena y ceniza a partes iguales. A continuación, se elige el tipo de cobertura en función de la región.

Hojas

En regiones con un clima monzónico moderado e inviernos secos y despejados, donde las temperaturas no bajan de los 15 °C (Primorye, por ejemplo), el ajo se deja al descubierto o se cubre con un refugio ligero y ventilado hecho con una capa de hojas secas (de roble, arce o abedul). Lo fundamental es asegurar una buena circulación de aire para los brotes, ya que de lo contrario podrían pudrirse.

Puedes cubrir el ajo con hojas caídas comunes.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el follaje húmedo se cubre con una costra de escarcha, impidiendo que el aire llegue a las plantas y permitiendo que la humedad se evapore. Otro peligro de este tipo de cobertura es que muchas larvas y esporas de hongos sobreviven fácilmente a las heladas más intensas en el follaje cálido.

El heno, hecho con tallos de plantas sin flores ni semillas, también se usa con frecuencia como refugio. Esta cubierta ligera no solo permite el paso del aire, sino que además retiene bien el calor. Sin embargo, cuando se moja, se vuelve pesada y puede enmohecerse.

Turba

En climas templados, sobre todo en la región de Moscú, la turba se considera el mejor aislante para el ajo, ya que no solo retiene bien el calor, sino que también absorbe la humedad. Sin embargo, la turba también tiene sus inconvenientes: aumenta la acidez del suelo y los deshielos frecuentes y las heladas posteriores pueden provocar la formación de una costra, creando condiciones desfavorables para los dientes. La turba se utiliza con mayor frecuencia como mantillo.

Serrín

El aserrín es adecuado como cobertura para regiones con inviernos secos y fríos y suelos muy poco ácidos. Las ventajas de este material incluyen un alto aislamiento térmico, una excelente absorción y retención de humedad, y una estructura ideal para el acolchado. Sin embargo, cuando el aserrín se moja, obstruye la circulación normal del aire, dificulta la penetración del calor y aumenta la acidez del suelo.

Agrofibra

En las regiones septentrionales, incluida Siberia, es necesario cubrir el ajo. Las heladas intensas congelan y secan el suelo a más de un metro de profundidad, por lo que, sin protección, el cultivo muere. Los materiales sintéticos como la agrofibra o el spunbond son ideales para cubrir el ajo en estas zonas, ya que crean las condiciones óptimas para la germinación.

Sin embargo, se recomienda precaución: es mejor usar solo material blanco para cubrir. Las cubiertas negras atraen demasiado sol, lo que puede provocar que los brotes se pudran durante el deshielo. A temperaturas particularmente bajas, la agrofibra y el spunbond deben cubrirse adicionalmente con ramas de abeto u hojas secas.

El requisito principal para cubrir el ajo es tener en cuenta el clima de la región. El material de cobertura debe elegirse de manera que el ajo no se enfríe, caliente ni moje en exceso. Si la cobertura es de materiales naturales, debe reemplazarse según sea necesario.

Pera

Uva

Frambuesa