Dar forma a los pimientos ayuda a aumentar la producción.
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La necesidad de formación
Quienes se oponen a este procedimiento podrían tener razón en parte con respecto a las variedades de pimiento de porte bajo (hasta 50 cm) y de porte medio (hasta 1 m). Estas plantas de porte bajo, en efecto, pueden resolver prácticamente todos los problemas de crecimiento por sí solas y, en definitiva, producir una buena cosecha.
En cuanto a las variedades altas, los arbustos de pimiento pueden alcanzar hasta 2 metros de altura. Y no hace falta ser un jardinero experto para saber que una planta tan alta necesita cuidados: despunte, poda y eliminación de brotes sobrantes. El cuidado del pimiento es especialmente importante en invernaderos, donde las variedades altas crecen hasta su máxima altura. Retire regularmente las hojas amarillentas y dañadas. Por supuesto, las plantas altas necesitan soporte.
La poda de los pimientos favorece un mejor crecimiento y fortalecimiento de las ramas. Una planta bien guiada proporciona los nutrientes necesarios para la fructificación futura. Además, la poda asegura que los pimientos que requieren sol reciban la luz que necesitan, lo cual es fundamental para una buena ventilación.
Como podemos ver, dar forma al arbusto es fundamental para la salud de la planta y, por consiguiente, para una cosecha abundante. Un cuidado adecuado influirá significativamente en el tamaño de los pimientos, su aspecto y la velocidad de maduración.
Vídeo "Características de la formación"
En el vídeo aprenderás qué características tiene el procedimiento de formación.
Etapas del trabajo de formación
Para comprender claramente cómo dar forma adecuada a una planta de pimiento, hablemos primero un poco sobre su "anatomía". Esta consta de:
- tallo de la raíz;
- brotes principales;
- brotes de segundo orden;
- ramas principales.
Cada rama es efectiva para hasta dos docenas de pimientos.
La poda solo es adecuada para arbustos perfectamente sanos. Es fundamental realizar todas las manipulaciones con herramientas de alta calidad, bien afiladas e impecablemente limpias.
El trabajo se divide en cuatro etapas:
- Primero, quitamos el primer capullo (corona) de la flor;
- segundo, eliminamos los brotes laterales;
- tercero - cortar las hojas inferiores;
- cuarto - si es necesario, pellizque los tallos principales.
El nombre solemne de «brote de la corona» se aplica a la primera flor. Comienza a formarse cuando la planta, alcanzando entre 10 y 17 cm de altura, desarrolla ramas. En el punto de ramificación, se forma un brote que, por el bien de la planta, debemos eliminar. A veces se forman varios brotes. En ese caso, los eliminamos todos. Este es el primer paso para conseguir un arbusto sano y de crecimiento vigoroso.
La yema apical solo debe dejarse en un caso: si se planea cultivar pimientos gigantes para obtener semillas en esta planta. Pero en ese caso, no se preocupe si los demás frutos de la planta resultan antiestéticos.
A continuación, examinamos los brotes laterales desde la perspectiva de la ley de la selva: ¡la supervivencia del más apto! El esquema de poda implica que solo deben conservarse los más fuertes y sanos. La elección no será muy difícil. A estas alturas, no hay muchos brotes; basta con seleccionar dos o tres de los más prometedores. Las ramas débiles se podan hasta su punto de crecimiento.
En la tercera etapa, es momento de prestar especial atención a la parte inferior de la planta. Al cultivar pimientos en invernadero, es importante inspeccionar esta parte con regularidad. Es fundamental eliminar rápidamente los brotes estériles y las hojas inútiles, aquellas que solo dan sombra innecesaria. Repita este procedimiento cada 3-5 días. Y recuerde: pode la planta con cuidado, eliminando no más de dos hojas a la vez.
No dejes que la codicia te perjudique al podar. Un error común entre los horticultores es dejar la mayor cantidad de brotes posible. Pero la planta no puede soportar tantos. 25 flores por planta es el máximo. Dejar más significa desperdiciar la energía de la planta.
Recortar las hojas inferiores y parte de las flores
Ya hemos mencionado que es necesario vigilar de cerca las hojas inferiores de la planta. Los pimientos cultivados en invernaderos de policarbonato deben recibir luz suficiente. Esta es la naturaleza de la planta; la luz es su fuente de vida y salud más importante. Por lo tanto, una de las reglas clave para los horticultores que cultivan pimientos es asegurarse de que las distintas partes de la planta no compitan por la luz insuficiente.
Si no hay suficiente luz, no habrá frutos, y no te dejes engañar por el hecho de que el arbusto esté floreciendo. Por eso debes eliminar todos los restos innecesarios de la parte inferior del arbusto: hojas, flores y ovarios.
El esquema de formación de arbustos implica la distribución productiva de nutrientes dentro del cuerpo de la planta. Esto significa que debemos dirigir su energía vital hacia el resultado deseado: una buena cosecha.
Es importante recordar que la última vez que se debe realizar este tipo de intervención es seis semanas antes de la cosecha. Durante este tiempo, las plantas de pimiento deberían ser capaces de producir una buena cosecha por sí solas.
Vídeo "Recorte"
En el vídeo aprenderás cómo cortar los pimientos.



