Cómo cultivar caquis a partir de semillas en casa: instrucciones paso a paso

Los caquis nos fueron traídos desde China. Aunque ahora se cultivan en algunas regiones de Rusia, no son una baya común. Los caquis son apreciados no solo por su sabor, sino también por sus beneficios para la salud. En este artículo, aprenderás a cultivar caquis a partir de semillas en casa.

Selección y clasificación del material de siembra

Los jardineros experimentados conocen desde hace tiempo una regla: los cultivos y variedades genéticamente autóctonos de una región determinada crecen y dan mejor fruto. Esta regla también se aplica a los caquis. Por lo tanto, se recomienda elegir variedades de caqui cultivadas en Rusia, especialmente en el Cáucaso. Las mejores opciones son variedades poco exigentes, resistentes y tolerantes a las heladas, como Rossiyanka y Virginskaya.

El caqui se puede cultivar a partir de una semilla.

Puedes germinar semillas de caquis comprados en la tienda en casa. Sin embargo, no puedes estar seguro de la variedad, por lo que podrías cometer errores en su cuidado y no obtener los resultados deseados. Lo ideal es elegir la fruta tú mismo. La mejor fruta para cultivar es la fruta demasiado madura que permanece en el árbol hasta la primera helada.

Evite elegir bayas en mal estado: la piel de la fruta debe estar intacta y sin daños. Fíjese también en los sépalos: si presentan moho, están infectados con hongos y, por lo tanto, no son aptos para la siembra.

Vídeo: Cómo cultivar un caqui a partir de una semilla

Este vídeo te mostrará cómo cultivar caquis a partir de semillas en casa.

Etapas del cultivo de caquis en casa

No serás un pionero en el cultivo de caquis a partir de semillas. Todo lo que se requiere es seguir estrictamente los pasos de cultivo del caqui y cumplir con las prácticas agrícolas necesarias.

Preparación de semillas

Una vez que haya seleccionado una fruta adecuada para la siembra, deberá extraer correctamente las semillas y prepararlas:

  1. Corta la fruta por la mitad y retira con cuidado las semillas.
  2. Enjuague y seque bien. Antes de continuar, recomendamos realizar una pequeña prueba para comprobar la idoneidad del material de siembra. Para ello, coloque las semillas en un recipiente con agua durante un rato. Las que floten en la superficie no son aptas para la siembra.
  3. Para desinfectar las semillas, colóquelas en una solución de permanganato de potasio durante 24 horas.
  4. Lima los bordes afilados de las semillas para facilitar su germinación. Puedes hacerlo con papel de lija suave de grano fino.
  5. Trata las semillas con un estimulante del crecimiento (puede ser una preparación especial como Epin, Ecosil o jugo de aloe diluido).
  6. Envuelve las semillas en una gasa húmeda, cúbrelas con film transparente y déjalas en el lateral del frigorífico durante 45 días. La temperatura ideal es de 4 a 5 °C sobre cero.

Selección de suelo y terreno

Puedes comprar tierra estándar ya preparada para semilleros. Sin embargo, también puedes prepararla tú mismo. Lo importante es que la tierra sea ligera y aireada. De lo contrario, no permitirá que la humedad y el aire circulen correctamente, el agua se estancará y la semilla comenzará a pudrirse.

Para preparar el suelo, mezcle partes iguales de arena, turba y tierra. Puede añadir fertilizante para enriquecerlo con nutrientes.

Puedes desinfectar el suelo utilizando carbón triturado o ceniza de madera.
Consejos del autor

Plantar una semilla

Llena una maceta pequeña o un recipiente de plástico de hasta 10 cm de diámetro con tierra. Coloca la semilla preparada y seca a un par de centímetros de profundidad. No debe quedar ni muy superficial ni muy profunda. La semilla debe recibir suficiente humedad y aire.

El proceso de germinación

Una vez sembradas las semillas, cúbrelas con film transparente. Rocía la superficie de la tierra con agua regularmente cuando la capa superior empiece a secarse. La temperatura óptima para la germinación es de 21 a 23 °C. Cuando broten las plántulas, retira el film transparente y deja que la plántula se ventile para evitar la condensación y la pudrición.

Las plántulas germinadas se desprenderán de su cubierta por sí solas y se posarán sobre la película. Si esto no ocurre, retire la cubierta con pinzas, con cuidado de no dañar el brote. Los brotes pueden tardar unos 30 días en emerger. Durante este tiempo, coloque el recipiente en un alféizar soleado, pero sin luz solar directa. Para obtener mejores resultados, puede abonar las plántulas con una pequeña cantidad de fertilizante nitrogenado.

Trasplante de plántulas

Una vez que las plántulas hayan crecido lo suficiente (este proceso puede tardar hasta 10 días), deben trasplantarse a recipientes individuales para su posterior cultivo. Un suelo ligero y fértil es adecuado para la germinación, pero se debe colocar una capa de drenaje en el fondo de la maceta. Las plántulas deben mantenerse en condiciones óptimas y protegerse de las heladas. Para ello, cúbralas con un frasco de vidrio. Retire las plántulas diariamente, ventílelas y elimine la condensación.

Cuidado de una plántula joven

El cuidado del caqui es similar al de cualquier otra planta de interior. Requiere riego regular. Riégalo y rocíalo con agua a temperatura ambiente. Sin embargo, no lo riegues en exceso; la tierra debe mantenerse ligeramente húmeda.

Los fertilizantes orgánicos son demasiado pesados ​​para los caquis. Es mejor utilizar complejos minerales especiales con fósforo y potasio, dos veces al mes.

El fertilizante debe aplicarse en forma líquida; la fertilización debe suspenderse durante el período invernal.

Un lugar soleado con luz indirecta y una temperatura de alrededor de 20 °C proporcionará las condiciones óptimas para esta planta del sur. Sin embargo, es importante elegir un lugar libre de corrientes de aire.

El caqui requiere cuidados estándar.

Consejos y recomendaciones útiles

Para obtener frutos, es necesario seguir más que los cuidados habituales de las plantas de interior. Los caquis, por ejemplo, deben podarse cuando alcanzan medio metro de altura. Además, el árbol necesita injertarse, y para acelerar la formación de yemas frutales, se utiliza el método de anillado. Se emplea como injerto un vástago de un árbol frutal. No olvide tratar la planta preventivamente contra hongos y plagas.

Conseguir las primeras bayas requiere tiempo (posiblemente varios años) y paciencia, además de seguir todas las condiciones de cultivo y las instrucciones de cuidado. Sin embargo, las bayas maduras y deliciosas le deleitarán no solo por su magnífica apariencia, sino también por su maravilloso sabor.

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