Cuidado de las grosellas en otoño después de la cosecha
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¿Para qué cuidar un arbusto en otoño?
Muchos jardineros principiantes creen que cuando las grosellas maduran, basta con recogerlas y olvidarse del arbusto hasta la primavera. Sin embargo, no es tan sencillo. Este fruto requiere preparación para el invierno. Si no se toman las medidas necesarias en otoño, la planta puede congelarse durante el invierno y no producir ninguna cosecha la temporada siguiente.
Las grosellas son conocidas por su gran vigor. Son fáciles de cultivar. Pero si quieres una cosecha abundante y, sobre todo, deliciosa, tendrás que dedicarles algo de trabajo durante los meses de otoño.
Si la preparación de tu planta para el invierno fue oportuna y correcta, lo sabrás el año que viene por la alta producción de tus cosechas.
Poda y eliminación de brotes viejos
Una vez recolectadas las grosellas, se podan los arbustos. Este procedimiento resulta más sencillo en otoño, ya que la cosecha se ha realizado y las hojas han caído.
La planta se puede podar en varias etapas. Preparar el arbusto de grosella para el invierno de esta manera lo rejuvenecerá y eliminará los brotes viejos. Las plantas de entre 4 y 6 años son las más productivas.
Eliminar las ramas sobrantes evita que el arbusto crezca demasiado. Tras cortar los brotes, las zonas cortadas se tratan con brea.
El arbusto debe podarse durante el primer año después de su plantación. En esta etapa, se acortan los brotes. Posteriormente, se realiza una poda de formación durante los siguientes 4 o 5 años.
El arbusto debe constar de 4 a 5 de los brotes más sanos y fuertes. Se eliminan los demás. Las ramas restantes deben podarse, ya que las puntas jóvenes pueden congelarse durante el invierno. Esto es común en brotes de 4 a 5 años. También se eliminan las ramas viejas que se han oscurecido y tienen numerosas bifurcaciones.
Si se podan las grosellas correctamente en otoño, la planta recibirá suficiente calor, luz y nutrientes para producir bayas grandes y sabrosas la temporada siguiente. Los arbustos bien cuidados son más fáciles de cosechar que los que están demasiado crecidos.
Transferir
Las grosellas se pueden plantar y replantar tanto en primavera como en otoño. Sin embargo, es preferible hacerlo en otoño, ya que la tierra está blanda y es más fácil cavar el hoyo. Además, en primavera, la parte aérea de la planta crece más rápido que las raíces. Por lo tanto, el arbusto puede morir fácilmente después de plantarlo en primavera.
En otoño, en regiones con climas rigurosos, las plántulas pueden trasplantarse al exterior a partir de la segunda quincena de septiembre. Este procedimiento tendrá mayor éxito en octubre si se plantan en suelos negros. Un sustrato adecuado y una época de plantación óptima permitirán que la planta se adapte rápidamente a sus nuevas condiciones.
El trasplante se realiza mejor en los meses de otoño. Esta suele ser la época en la que se plantan los brotes obtenidos mediante acodo.
Las plantas deben sembrarse en una zona bien iluminada y protegida de los vientos fríos del norte. También se recomiendan lugares elevados donde se evite el encharcamiento durante la primavera.
Las grosellas deben plantarse a 1,5 metros de distancia de otras plantas o estructuras. Deje 2 metros de espacio entre arbustos adyacentes.
Antes de plantar, añada harina de dolomita o cal al suelo. Si el suelo es ácido, añada turba o arena. Esto garantizará que las grosellas crezcan sanas y fuertes. En otoño, el cuidado de esta fruta incluye la fertilización.
Fertilizante superficial
En otoño, tras la cosecha, es necesario abonar las grosellas. Para que produzcan una fruta abundante, estos arbustos requieren diversos nutrientes del suelo, que se agota considerablemente durante esta época. Por lo tanto, en otoño, se debe añadir al suelo lo siguiente:
- potasio;
- fósforo.
Este tipo de fertilizantes ayudará a la planta a sobrevivir bien al invierno y a producir numerosos ovarios la próxima temporada. Para asegurar su maduración, se aplica fertilización adicional en primavera y verano.
También se pueden usar fertilizantes minerales en polvo o granulados. Se esparcen alrededor del tronco y luego se incorporan al suelo. La ceniza de madera también se suele esparcir alrededor del tronco, ya que es una excelente fuente de potasio. Además, la ceniza actúa como medida preventiva, protegiendo la planta de plagas y enfermedades.
Aislamiento
El cuidado de la grosella espinosa otoñal incluye necesariamente aislar los arbustos. Esta planta desarrolla un sistema radicular de raíces finas y pequeñas que se extienden muy cerca de la superficie del suelo. Por lo tanto, en otoño, es necesario aislar la base del tronco en regiones donde las heladas llegan antes que las nevadas.
Los arbustos deben aporcarse hasta una altura de unos 20 cm. La tierra debe apilarse en una capa gruesa. Se puede colocar humus o turba sobre este montículo. A menudo se colocan trozos de corteza encima de esta capa.
En regiones donde las temperaturas invernales pueden descender hasta -40 °C, se recomienda proteger las grosellas del mismo modo que las rosas. En este caso, se deben podar, atar y doblar todos los brotes lo más cerca posible del suelo.
La planta se cubre con hojas caídas, ramas de pino o abeto y heno. Luego, el arbusto se envuelve con arpillera, tela no tejida o se refuerza con tablas de madera. El espacio entre las capas se rellena con heno u hojas caídas. En primavera, cuando sube la temperatura, se retira el aislamiento.
Como puedes ver, cuidar las grosellas en otoño no es tan fácil. Sin embargo, si sigues correctamente los pasos descritos anteriormente, el arbusto sobrevivirá al invierno y producirá una abundante cosecha de deliciosas bayas el próximo año.
Vídeo: Plantación y cuidado de las grosellas
Este vídeo te mostrará cómo plantar y cuidar correctamente las grosellas en tu jardín.





