Cuándo y cómo trasplantar grosellas
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Beneficios del trasplante
A la hora de replantar grosellas, muchos jardineros se preguntan si este proceso es perjudicial o beneficioso para la planta. Si la planta es vieja y está muy crecida, dividirla y replantarla será sin duda muy beneficioso, ya que favorece su regeneración.
Los arbustos de grosella pueden vivir bastante tiempo, pero la fructificación abundante solo se observa durante los primeros 9 a 12 años. Después, el arbusto empieza a envejecer y la producción disminuye. En este caso, replantarlo a tiempo no solo ayudará a conservarlo, sino que también prolongará su fructificación.
En cuanto a los arbustos jóvenes de grosella, la replantación también puede ser beneficiosa si se eligen correctamente el lugar y el momento. Los arbustos maduros de grosella se pueden replantar en primavera u otoño, pero el otoño —desde mediados de septiembre hasta finales de octubre— se considera la época más adecuada. Durante este período, los arbustos completan su ciclo de crecimiento y entran en un período de reposo vegetativo. Tras la replantación, la planta no crecerá y podrá establecerse bien antes de la llegada del frío intenso.
Trasplantar grosellas en primavera es más difícil debido a que la planta se caracteriza por una floración muy temprana. Los arbustos de grosella desarrollan primero yemas, luego racimos de flores, y a finales de mayo ya se pueden observar pequeños frutos verdes. Debido a este rápido crecimiento, es muy difícil determinar con precisión cuándo comienza la floración.
La única época en la que se pueden trasplantar las grosellas en primavera es a finales de marzo o principios de abril, tan pronto como se derrita la nieve, pero en ese momento, por regla general, el suelo todavía está congelado, por lo que el trasplante en otoño se considera más prometedor y beneficioso para las grosellas.
Elegir una nueva ubicación
La ubicación es crucial para el crecimiento y la fructificación de las grosellas, por lo que la selección del sitio debe realizarse con sumo cuidado. Debe cumplir los siguientes requisitos:
- debe estar ubicado en un lugar soleado, protegido de vientos fuertes y corrientes de aire;
- No se deben plantar grosellas espinosas después de grosellas negras o frambuesas; estos cultivos comparten plagas y enfermedades comunes, por lo que lo más probable es que el arbusto trasplantado enferme en la nueva ubicación;
- Las grosellas necesitan humedad, pero el exceso de humedad en el suelo causado por la proximidad de aguas subterráneas les resulta perjudicial, ya que la mayoría de las variedades no son inmunes a las enfermedades fúngicas, en particular al oídio;
- El suelo ideal para plantar se considera un franco fértil de densidad media; si su suelo es franco, pero no tiene suficiente humus, puede corregir la situación añadiendo una pequeña cantidad de humus o compost; un suelo arcilloso demasiado denso puede aflojarse con la ayuda de arena y turba;
- La acidez del suelo para las grosellas debe ser neutra (esto es fundamental); en suelos ácidos, las plantas enferman inmediatamente, por lo que el aumento de la acidez debe equilibrarse con cal.
¿Cómo se determina la acidez del suelo? Existe un método popular muy original que muchos jardineros utilizan para comprobar los niveles de pH.
Consiste en colocar un puñado de hojas frescas de cerezo o grosella en un recipiente de vidrio, verter agua hirviendo sobre ellas y taparlo. Cuando el agua se enfríe, añadir un terrón de tierra y observar el cambio de color. Si el color permanece verde, la acidez es normal; el rojo indica alta acidez; y el azul, baja acidez.
Preparación de las herramientas
Las herramientas y el equipo necesarios para replantar plantas deben prepararse con antelación para evitar tener que buscarlos después. ¿Qué podrías necesitar para esta tarea?
- tijeras de jardín (tijeras de podar) – para recortar el arbusto antes de trasladarlo a una nueva ubicación;
- pala – para cavar y rellenar el hoyo de plantación;
- Una palanca o una horca de jardín pueden ser necesarias si el arbusto es viejo y ha crecido profundamente (en este caso, no será posible desenterrarlo solo con una pala);
- un hacha: con su ayuda se pueden cortar raíces secas y viejas;
- Cubo para regar.
Normas para realizar un trasplante
El proceso de trasplante en sí no llevará mucho tiempo, pero primero es necesario realizar todo el trabajo preparatorio.
Primero, conviene podar a fondo el arbusto, eliminando aproximadamente la mitad de su copa. Los brotes de grosella son espinosos y difíciles de manejar, por lo que conviene eliminar las ramas por secciones. No deje más de 7 u 8 brotes jóvenes en el arbusto, acortándolos un tercio.
Se recomienda cavar los hoyos de plantación entre una y dos semanas antes de la siembra, para que la tierra se asiente y el fertilizante reaccione. El hoyo debe tener al menos 50 cm de profundidad, y su anchura dependerá del tamaño del rizoma. El día anterior a la siembra, humedezca bien los hoyos, añadiendo de tres a cuatro cubos de agua a cada uno. Si la tierra no es lo suficientemente fértil, antes de regar, añada medio cubo de humus o compost, mezclándolo con parte de la tierra extraída del hoyo, y luego rellene.
El proceso de trasplante en sí consta de las siguientes etapas:
- El arbusto recortado se cava alrededor en un radio de 35–40 cm, tratando de no dañar las raíces principales; las raíces laterales pequeñas se pueden cortar con una pala.
- A continuación, utilizando una pala y una barra de hierro, deberá intentar extraer el arbusto de la tierra, colocarlo sobre un trozo de film transparente y trasladarlo al lugar de plantación.
- Las raíces laterales excesivamente grandes se pueden cortar con una pala o un hacha. No te preocupes, esto no dañará la planta; las grosellas son muy resistentes y su sistema radicular se recupera rápidamente.
- A continuación, bajamos el arbusto al hoyo de plantación de manera que quede enterrado aproximadamente 5 cm más abajo que antes, en el lugar anterior.
- Enderezamos las raíces y las rellenamos de tierra, compactando y regando cada capa para que no se formen huecos.
- Tras la plantación, el círculo alrededor del tronco del árbol se cubre con materia orgánica, preferiblemente virutas de turba.
Antes de cada riego, retire el mantillo y vuelva a colocarlo. También es recomendable cubrir la tierra alrededor del arbusto con un material grueso, como fieltro asfáltico, hasta que la planta esté establecida.
Al trasplantar grosellas en masa, es fundamental cavar inmediatamente el número necesario de hoyos, respetando una separación de 1,5 x 1,5 m. Esta es la distancia más adecuada entre plantas y entre hileras para cualquier variedad de grosella, teniendo en cuenta la poda regular. Las grosellas tienen una tasa de supervivencia muy alta, por lo que si las trasplantas en otoño, puedes esperar una buena cosecha la primavera siguiente.
Vídeo: "Cómo trasplantar correctamente las grosellas"
Este vídeo te mostrará cómo trasplantar correctamente las grosellas.






