Consejos para el cuidado de los perales en diferentes épocas del año

El peral es una planta bastante fácil de cultivar y cuidar. Independientemente de la variedad que elijas, ciertos procedimientos son esenciales. En este artículo, hablaremos sobre el cuidado y el cultivo de perales, así como de cómo hacerlo correctamente durante todo el año.

Riego y fertilización

Lo primero que hay que mencionar al hablar de cómo cuidar un peral es el riego y la fertilización de la planta.

El peral necesita riego regular.

  • Primavera. El riego de un peral depende de la variedad. Si la variedad tolera la sequía, riéguela cuando la capa superior del suelo esté seca. Sin embargo, no hay muchas variedades que lo hagan. Generalmente, los perales deben regarse varias veces (2-3 veces) en primavera. Esto es suficiente para la mayoría de las variedades. En primavera, se suelen aplicar fertilizantes nitrogenados (salitre, urea o estiércol de gallina). Este fertilizante estimula el crecimiento del árbol. La fertilización se realiza antes de que las yemas se hinchen y después de la floración.
  • Verano. Durante el verano, riegue la pera 2-3 veces. El primer riego se realiza a principios de junio, seguido de otro a mediados de julio (un par de semanas antes de que madure la fruta, si se trata de una variedad de verano). Si el verano es seco, también se puede regar el jardín a principios y mediados de agosto. En verano, abone el peral con fertilizantes ricos en fósforo y potasio. Esto ayudará a la planta a recuperarse de la floración y a ganar energía. Este procedimiento se lleva a cabo en julio.
  • Otoño. El cuidado de los perales en otoño implica un riego a principios de septiembre (para las variedades de invierno). Además, a mediados de septiembre, se debe aplicar un fertilizante con potasio y fósforo, como en verano. Este fertilizante asegura que el árbol acumule energía antes del invierno y pueda resistir incluso las heladas más intensas.

Consejos para el cuidado de los perales en diferentes épocas del año

Formación de la corona

El cultivo de peras implica necesariamente la poda, que se lleva a cabo en primavera, verano y otoño.

  • Primavera. Al cuidar su peral en primavera, asegúrese de eliminar todas las ramas verticales. Elimine también las ramas torcidas o rotas. Deje al menos algunas ramas con frutos en cada rama seca. Cubra siempre los cortes con brea para prevenir infecciones.
  • Verano. La copa del árbol no requiere cuidados especiales en verano. Solo si se vuelve demasiado densa se pueden eliminar algunas ramas para permitir que otras crezcan con normalidad. Pero, en general, no es necesario podar el árbol en esta época del año.
  • Otoño. Se puede comenzar a podar los perales en el jardín a finales de agosto. Elimine todas las ramas muertas y dañadas, y quémelas después de la poda. Esto protegerá la planta de diversas enfermedades. Los brotes de un año deben recortarse un tercio, dejando solo unas pocas yemas de las que surgirán nuevas ramas.

Formación de la copa de un árbol frutal

Protección contra enfermedades y plagas

El cuidado de un peral también implica llevar a cabo medidas preventivas para combatir diversas enfermedades e insectos que pueden causar muchos problemas.

Para cultivar un árbol sano, siga estas pautas:

  • Primavera. Los perales requieren cuidados especiales en primavera para prevenir futuras enfermedades. Inmediatamente después del deshielo, se debe tratar la zona alrededor del tronco y el propio árbol con preparados especiales. Para ello, suele utilizarse una solución al 1% de caldo bordelés. Se pulveriza la planta tres veces: a principios de marzo, antes (abril) y después (mayo) de la floración.
  • Verano. No se requiere mantenimiento preventivo durante el verano, pero conviene podar las ramas rotas o dañadas a tiempo. Esto evitará algunas enfermedades comunes.
  • Otoño. En otoño, es importante retirar y quemar las hojas caídas, ya que pueden convertirse en un foco de plagas. Proporcionan un excelente caldo de cultivo para microorganismos. También conviene encalar el tronco del árbol para protegerlo eficazmente contra los insectos dañinos.

Preparándonos para el invierno

La protección invernal es un paso importante en el cuidado de los perales. Envuélvalos con ramas de pino y cúbralos con arpillera. Este tipo de cuidado generalmente solo es necesario para los perales jóvenes; los árboles más viejos no requieren ninguna protección adicional más allá de la nieve. La excepción son ciertas variedades que no toleran bien las bajas temperaturas.

Cubrir el árbol durante el invierno es un paso importante en el cuidado de un peral.

Además, tanto los árboles jóvenes como los viejos pueden convertirse en un bocado apetitoso para los roedores, así que asegúrese de que su peral esté bien protegido. Envuelva la zona alrededor del tronco con ramas de abeto, papel o simplemente tela gruesa.

Métodos de reproducción

La planta se puede propagar por semillas o esquejes. El primer método requiere comprar semillas y sembrarlas en otoño. Las semillas maduran a mediados de invierno. Se recogen en una bolsita de tela y se dejan en la cisterna del inodoro durante un par de días para que el agua elimine las sustancias nocivas. Después, se retiran, se mezclan con arena o serrín, se humedecen, se colocan en una bolsa de plástico y se introducen en una caja a una temperatura de entre 3 y 5 °C (la bolsa debe quedar ligeramente entreabierta).

Cuando broten los primeros tallos, la temperatura debe bajar a 0 grados Celsius y mantenerse así hasta la siembra. Se siembran en primavera, haciendo agujeros poco profundos para las semillas de pera (de 3 a 4 cm). Se cuidan durante el verano y, en agosto, se injertan esquejes de variedades en las plántulas. Después de un par de años, cuando hayan crecido, se plantan en su ubicación definitiva.

Se recomienda propagar la planta mediante esquejes.

Para hacer esquejes, selecciona una rama joven y córtala. Los esquejes deben medir unos 20 cm de largo. Colócalos en una botella de dos litros, previamente vaciada, llena de agua derretida (5-6 cm de profundidad) con varias pastillas de carbón activado disueltas. Cuando las raíces alcancen los 5-6 cm, puedes plantarlos en un lugar adecuado y, con los cuidados necesarios, tendrás excelentes plántulas para otoño.

Para trasplantar un peral a su ubicación definitiva, prepare un hoyo. Este debe estar en una zona bien iluminada con un nivel freático profundo y tener aproximadamente un metro de lado. Es recomendable fertilizar el hoyo antes de plantar para asegurar que la planta reciba todos los nutrientes necesarios durante el primer año. Coloque el plantón en el hoyo, extienda las raíces y cúbralo con tierra, dejando el cuello de la raíz unos centímetros por encima del nivel del suelo. Después de plantar, riegue el plantón abundantemente.

Vídeo: "Guía para el cuidado del peral"

Este vídeo te mostrará cómo cuidar un peral.

Pera

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