Cómo plantar y cuidar correctamente un peral columnar
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Cómo elegir una plántula y un lugar de plantación
La plantación de un peral columnar debe ir precedida de la correcta selección de las plántulas y de un lugar de cultivo adecuado.
Adquiera plantones en un vivero de confianza. Evite comprar material de plantación de fuentes o vendedores poco fiables, ya que esto puede resultar en un árbol enfermo o de una variedad incorrecta.
Al comprar, consulte con el vendedor sobre la variedad del árbol y las instrucciones de cuidado. Recuerde que la variedad de peral columnar debe ser adecuada para el clima, los requisitos del suelo y el tamaño del terreno de su región.
Al comprar un árbol, se le pedirá que desentierre el plantón para inspeccionar su sistema radicular. En este punto, es importante revisar cuidadosamente todo el rizoma en busca de parásitos, signos de pudrición u otras enfermedades. Preste atención también a todo el tronco: si raspa la corteza con la uña, debería encontrar una superficie verde y fresca. El plantón debe estar libre de hojas, brotes muertos o ramas podridas.
Adquiera plantones de peral columnar de un año, ya que los ejemplares más viejos no enraízan bien en una nueva ubicación.
El siguiente paso debería ser determinar dónde plantar el peral y cómo preparar la tierra para la plantación.
Según los agricultores, las variedades de pera enana son poco exigentes en cuanto a lugar de plantación y suelo. Sin embargo, debido a su pequeño tamaño, no se recomienda plantarlas en zonas ventosas, ya que las fuertes ráfagas pueden romper o derribar los árboles jóvenes. En las regiones del noroeste, se recomienda elegir el lugar más soleado de la parcela; en el sur, las peras se benefician de la semisombra. También es importante tener en cuenta los peligros de la proximidad de aguas subterráneas, que pueden provocar la pudrición de la raíz.
Esta variedad de peral tolera casi cualquier tipo de suelo, incluso arcilloso. Sin embargo, el suelo debe ser rico en nutrientes, con un contenido moderado de iones de hidrógeno. Para prepararlo, elimine las malas hierbas en otoño y añada compost. Si el suelo es demasiado ácido, añada ceniza de madera.
Preparación del hoyo y proceso de plantación
Lo mejor es plantar los perales en primavera, a finales de abril o principios de mayo, cuando no hay riesgo de heladas. Los plantones se remojan previamente en una solución de agua y sulfato de potasio durante 24 horas. Después, se secan las raíces y se revisan por última vez.
Plantar un peral enano no es particularmente difícil. Para que la tierra se asiente, conviene cavar los hoyos al menos un mes antes (o incluso en otoño). El hoyo no debe tener más de 70 cm de profundidad ni más de 60 cm de ancho. La distancia entre árboles puede ser de tan solo 50-60 cm, pero lo mejor es dejar al menos un metro entre filas.
Vierta 10 litros de agua en el hoyo y añada una capa de arena y compost. La tierra extraída se mezcla con una pequeña cantidad de compost, superfosfato y fertilizante potásico. Coloque el plantón en el hoyo, extienda las raíces con cuidado y añada una capa de tierra preparada, dejando 5 cm del cuello de la raíz al descubierto. Riegue el árbol plantado con 15 litros de agua y compacte bien la tierra a su alrededor.
Después de la plantación, se instala una cuña de hasta 70 cm de largo junto al futuro árbol, a la cual se ata el tronco.
Requisitos de riego y fertilización
El cuidado de un peral columnar comienza con el establecimiento de un programa de riego. En días frescos, se puede regar la tierra cada 5 o 6 días; en invierno, la frecuencia debe reducirse a una vez cada 12 días. En primavera y verano, la frecuencia aumenta a ocho veces al mes, y en épocas de calor, el árbol se riega cada dos días. La cantidad de agua depende de la edad del árbol, pero no debe ser inferior a 5 litros ni superior a 15 litros.
Para que el suelo retenga la humedad durante más tiempo, cúbrelo con una mezcla de ceniza de madera, compost y paja. Para asegurar una buena oxigenación de las raíces, remueve la tierra semanalmente. El acolchado también es beneficioso en invierno, ya que protege las raíces de las heladas.
Existen dos tecnologías de riego que un jardinero puede elegir a su propia discreción.
La primera técnica consiste en regar a través de un orificio alrededor del tronco. Este método suministra humedad directamente al sistema radicular.
El segundo método se considera más eficaz, aunque requiere mayor cantidad de agua. Existe un concepto llamado «área de riego», que se representa mediante un círculo y corresponde al área de crecimiento del sistema radicular. Para árboles jóvenes, el radio es de 70 a 80 cm, mientras que para árboles más viejos puede alcanzar los 130 cm. Regar toda el área de riego garantiza una nutrición uniforme para las raíces del árbol.
El cuidado de un peral columnar también incluye la fertilización. Esta puede aplicarse en forma sólida o líquida. Se recomiendan cinco sesiones de fertilización al año para los perales enanos:
- La primera fertilización se realiza a principios de primavera y debe consistir en humus y fertilizantes nitrogenados, que favorecen el desarrollo del follaje.
- Una vez que aparezcan las hojas verdes, se añade una solución de 10 g de urea y 2 litros de agua.
- La tercera aplicación se realiza con la misma composición, pero se aplica 2 semanas después de la anterior.
- Por cuarta vez, se aplica una composición de urea y agua 4 semanas después de la última alimentación.
- Por quinta vez, a mediados o finales del verano, se aplican fertilizantes de fosfato y potasio para promover la formación de frutos.
Poda de un peral columnar
La poda de los perales columnares debe realizarse en primavera, antes de que el árbol comience a exudar savia. La poda primaveral consiste en eliminar las ramas muertas, enfermas y viejas, así como cualquier rama que crezca demasiado junta.
Durante la poda de primavera del primer año tras la plantación, elimine todas las flores, ya que el árbol debe dedicar toda su energía al desarrollo y establecimiento de las raíces. Al año siguiente, se pueden dejar algunas flores. Se puede esperar una cosecha en los años posteriores.
La poda se realiza con un corte oblicuo, eliminando los brotes débiles que crecen de una sola yema y acortando las ramas en 1/3.
Para asegurar una cosecha abundante, se deben podar anualmente los brotes sobrantes y, después de que la planta haya vivido durante 20 años, se debe prestar especial atención a la eliminación de las ramas muertas.
Protección contra enfermedades y plagas
Para cultivar un árbol frutal sano, debe cuidarse adecuadamente y protegerse de enfermedades y plagas.
Ante todo, es fundamental asegurar un cuidado preventivo adecuado. Regar en exceso el árbol es muy perjudicial, ya que el exceso de humedad puede provocar la pudrición de la raíz. Se deben retirar regularmente las hojas caídas, las ramas secas y la fruta podrida alrededor del peral. Esto es especialmente importante en otoño, cuando las larvas de parásitos se esconden e hibernan en las hojas secas. Rociar los árboles con una solución de sulfato de cobre también es útil como medida preventiva.
Para proteger un peral de las heladas, es necesario prepararlo para el invierno. Para ello, se cubre la tierra alrededor del tronco con mantillo y ramas de abeto, y se envuelve el tronco con fieltro asfáltico o tela gruesa.
Las plagas más peligrosas para los perales enanos incluyen pulgones, ácaros, polillas de la manzana y cicadélidos. La limpieza oportuna del área alrededor del árbol y, en caso de infestación, la aplicación de insecticida ayudarán a prevenir su reaparición. Los insecticidas y la eliminación de las partes infectadas del árbol también ayudarán a combatir enfermedades como la sarna y el oídio.
Para combatir insectos y roedores, se utilizan hierbas de olor fuerte que se plantan alrededor del peral.
Vídeo: "Detalles sobre el cuidado del peral"
Este vídeo te mostrará cómo cuidar adecuadamente un peral.






