¿Por qué se agrieta la corteza del peral y cómo se puede reparar?
Contenido
Causas del agrietamiento
Primero, veamos las razones por las que se agrieta la corteza de los perales.
Congelación
La corteza suele agrietarse debido a las heladas, sobre todo durante los inviernos sin nieve. Los cambios bruscos de temperatura y la alta humedad son peligrosos: durante el deshielo, las gotas de agua penetran en las microfisuras y, al bajar de nuevo la temperatura, el agua se congela y se expande, provocando que la corteza se agriete.
Además, cuando se calientan, el tronco y la corteza se expanden; cuando hace frío, la corteza se contrae más rápido que el tronco y, como ocurre con la ropa demasiado ajustada, aparecen en ella desgarros (las llamadas grietas por heladas).
Este proceso puede repetirse varias veces, aumentando el daño. Las heladas y los inviernos variables son especialmente peligrosos para las variedades no regionales.
El problema puede deberse a un exceso de fertilizantes nitrogenados, que estimulan el crecimiento de brotes jóvenes a finales de verano y otoño. Estos brotes no tienen tiempo de fortalecerse antes de que llegue el frío y acaban agrietándose por las heladas.
Insectos y hongos
El escarabajo de la corteza, que se alimenta de ella, puede provocar su desprendimiento. Además, muchas plagas de insectos hibernan en las grietas o depositan allí sus huevos, lo que causa un mayor desprendimiento de la corteza.
Con frecuencia, la corteza del peral se desprende debido a una infección por hongos: una vez que se produce una pequeña herida, la infección comienza a corroer el tejido. Esto provoca que el tronco se cubra de manchas negras. En casos avanzados, la corteza se desprende por completo, incluso en trozos.
Bronceado
La corteza puede agrietarse debido a las quemaduras solares en invierno o principios de primavera. Los días fríos y despejados, cuando el tronco oscuro queda expuesto a la luz solar directa, son especialmente peligrosos. Las zonas húmedas por la nieve recién derretida son particularmente susceptibles.
¿Qué hacer con la corteza dañada?
¿Qué hacer si la corteza está agrietada?
Primero, limpie la grieta del tronco hasta llegar al tejido sano con un cuchillo de jardín afilado y bien desinfectado. Deje que la herida se seque un poco y luego trátela con caldo bordelés (1-3%), un antifúngico o sulfato de hierro. Una vez seca la solución, cubra la herida con brea o prepare una pasta de arcilla y gordolobo (1:1). Finalmente, aplique un vendaje transpirable de algodón o arpillera.
Algunos expertos recomiendan tratar un tronco agrietado con acedera: aplicar una capa gruesa (hasta 2 cm) de hojas frescas trituradas sobre la zona previamente limpiada y atarla. Repetir el procedimiento 3 o 4 veces durante el verano.
Si la corteza dañada no se trata a tiempo, la grieta puede convertirse en una cavidad. En este caso, retire toda la madera podrida, trate la herida con sulfato de cobre y selle completamente el orificio con arcilla o cemento.
Cuida la nutrición mineral del árbol; esto le ayudará a recuperar su follaje más rápidamente.
Prevención de grietas
La aparición de grietas puede evitarse si se toman medidas preventivas a tiempo.
Por congelación
Las fijaciones proporcionan una buena protección contra las grietas por heladas, ya que amortiguan los cambios de temperatura y protegen el tronco del viento y el sol que lo resecan.
Muchos jardineros utilizan periódicos comunes para atar las plantas, ya que permiten una buena circulación de aire y evitan que la corteza se congele o se pudra. Se recomienda envolverlas en varias capas. También se pueden usar cintas adhesivas como Spunbond o Lutrasil. Es aconsejable cubrir tanto el tronco como las ramas principales. Esto es especialmente importante para las variedades con poca resistencia a las heladas, cuya corteza es propensa a agrietarse en invierno, y para las plántulas jóvenes.
El ranurado es una buena medida preventiva contra el agrietamiento. Este procedimiento es necesario para árboles de siete u ocho años y se realiza en primavera. Con un cuchillo afilado y limpio, haga dos o tres cortes intermitentes en la cara norte del tronco. Cada corte no debe tener más de 12 cm de largo (para evitar exponer la madera), con una separación de 2 a 3 cm entre ellos. La longitud total de cada corte es de 1,5 a 2 m. Los cortes se cubren rápidamente con corteza joven y elástica. Esto reduce la tensión en la corteza y, entre otras cosas, previene la aparición de grietas debido a las fluctuaciones de temperatura.
Por hongos y quemaduras solares
Para proteger tu peral del intenso sol invernal, encala el tronco y las ramas más delgadas con una mezcla de cal al 20%. Para que la encalación dure el mayor tiempo posible, añade un poco de arcilla a la solución.
Los tratamientos preventivos con fungicidas o sulfato de cobre protegerán al peral de los hongos y los insectos dañinos.
Para combatir los escarabajos de la corteza, entre el deshielo y la brotación, aplique pesticidas como Calypso, Antizhuk y Confidor. Después de la floración, rocíe con insecticidas como Clipper, Bifentrin y Krona-Antip.
Al aplicar preparados, se debe prestar especial atención a los arañazos y grietas, incluso los pequeños.
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