Fertilización de berenjenas en campo abierto: cómo y cuándo fertilizar
Contenido
Cómo alimentar
Antes de abordar la frecuencia y los programas de fertilización, es importante comprender cuándo y con qué fertilizar las berenjenas para asegurar que absorban la máxima cantidad de nutrientes. Al igual que todas las solanáceas, la berenjena requiere nitrógeno (sin el cual el crecimiento normal es imposible), fósforo (responsable del desarrollo radicular), potasio (necesario para la formación del fruto), así como manganeso, boro y hierro (estos elementos influyen positivamente en el rendimiento y mejoran la calidad del fruto). Para la berenjena, se pueden usar fertilizantes químicos (superfosfato, nitrato de potasio o nitrofosfato) u orgánicos (gordolobo, excremento de aves o compost). Se recomienda diluir los fertilizantes orgánicos, ya que los fertilizantes orgánicos frescos contienen mucho nitrógeno.
Lo mejor es alternar fertilizantes químicos y orgánicos. Recuerda, por supuesto, que las berenjenas se fertilizan únicamente a través de las raíces; la fertilización foliar casi nunca se utiliza en este cultivo. Una excepción es una solución de ácido bórico (1 g diluido en 1 litro de agua), que puede pulverizarse sobre los macizos para mejorar la floración y el cuajado de frutos. Nunca aumente la concentración, ya que esto puede quemar las hojas y alterar el desarrollo natural de las plantas.
Sin embargo, los principales fertilizantes se aplican en las raíces. Cada planta requerirá aproximadamente un litro y medio de solución nutritiva a temperatura ambiente. Procure que la mezcla no entre en contacto con las hojas de la berenjena. Si esto ocurre, enjuáguelas con agua limpia.
Vídeo: "Cómo alimentar las berenjenas"
En este vídeo aprenderás cómo alimentar las berenjenas.
Cuándo alimentar
Al cultivar berenjenas al aire libre y en invernaderos, se debe aplicar fertilizante en momentos específicos. Los jardineros experimentados recomiendan aplicarlo dos veces:
- La primera vez después de la siembra, las berenjenas necesitan ser abonadas tan pronto como aparezcan las primeras hojas verdaderas; los futuros arbustos deben recibir una cantidad suficiente de potasio y nitrógeno;
- Los plantones se fertilizan por segunda vez unos diez días antes de plantarlos en su ubicación definitiva. Ahora, es importante que la mezcla de nutrientes contenga fósforo, además del potasio y el nitrógeno mencionados anteriormente. En esta etapa se puede utilizar superfosfato.

Las plántulas que han sobrevivido al trasplante necesitan fertilizante para desarrollar un sistema radicular sano, lo que garantizará un buen enraizamiento en su nueva ubicación y un desarrollo saludable y armonioso de la planta. Una vez que las berenjenas se hayan establecido completamente en el jardín, necesitarán al menos tres fertilizaciones más.
- Catorce días después del trasplante, las raíces de la berenjena se han fortalecido y adaptado a las nuevas condiciones, por lo que es hora de agregar otro fertilizante que contenga potasio, nitrógeno y fósforo.
- Durante la fructificación. Cuando las plantas comienzan a formar ovarios, necesitan urgentemente nutrientes adicionales. Ayúdalas añadiendo una dosis estándar de nitrógeno, pero duplicando el potasio y el fósforo.
- El siguiente paso es fertilizar los bancales de berenjenas cuando empiecen a formarse los frutos. Ahora necesitará fertilizantes que contengan potasio y fósforo.
Cuando las plantas estén dando fruto activamente, se puede añadir otra dosis de fósforo y potasio para prolongar el periodo de cosecha y mejorar la calidad de la fruta.
Este programa de fertilización es aplicable si sus berenjenas crecen en un suelo rico en nutrientes. Si observa que sus bancales están muy empobrecidos, puede fertilizar con mayor frecuencia, aproximadamente cada dos semanas, alternando entre fertilizantes orgánicos y minerales.
¿Qué le falta al cantero?
Si no se fertilizan las plantas, sufrirán inmediatamente deficiencias nutricionales. Los frutos son los primeros en verse afectados: se deforman, se hacen más pequeños o incluso desaparecen. Analicemos con más detalle los principales problemas asociados a las deficiencias nutricionales.
deficiencia de nitrógeno
Si una planta de berenjena no recibe la cantidad necesaria de nitrógeno, lo indica cambiando el color de sus hojas: se vuelven opacas, más claras y más pequeñas. Pronto comenzará a perder sus hojas verdes, lo que retrasará significativamente la maduración de los frutos. Incluso los que logren crecer serán pequeños, deformes y probablemente se caerán prematuramente. Para salvar la cosecha, es necesario aplicar un fertilizante nitrogenado, como la urea.
Sin embargo, no se exceda y no supere la dosis prescrita; el exceso de nitrógeno, en lugar del beneficio deseado, puede causar el mismo daño al cultivo: las plantas comenzarán a desarrollar activamente masa verde, ignorando su propósito previsto: dar fruto.
Deficiencia de potasio
La deficiencia de potasio en los cultivos de berenjena se manifiesta con un crecimiento atrofiado de las plantas. Es importante fertilizar las plántulas con mezclas ricas en potasio después del trasplante; esta etapa es crucial para el desarrollo equilibrado del cultivo. Si las plantas maduras carecen de potasio, sus hojas desarrollarán manchas marrones y la producción disminuirá inevitablemente.
Recuerda también que las berenjenas necesitan más potasio en días nublados. Prueba a añadir ceniza de madera a la tierra; puede solucionar parcialmente el problema: se necesitará aproximadamente una taza y media de fertilizante por cada metro cuadrado de suelo.
Deficiencia de fósforo
La forma más sencilla de detectar la deficiencia de fósforo en un cultivo de berenjenas es cuando el color de la planta cambia de un verde intenso a un tono púrpura-violeta. Si no se toman medidas, las hojas comienzan a enrollarse y caerse, disminuye el número de yemas y ovarios, y los frutos existentes se desarrollan muy lentamente.
La situación puede solucionarse aplicando un fertilizante complejo, como el superfosfato.
Qué dar de comer
La decisión sobre qué fertilizante usar —orgánico o mineral complejo— depende de cada jardinero, según su experiencia y técnicas de cultivo. Algunos prefieren las mezclas orgánicas, mientras que otros usan compuestos minerales. Pero, como se mencionó anteriormente, una combinación de ambos ha demostrado ser la mejor opción.
Al cultivar plántulas, fertilice con sulfato de potasio, superfosfato o sal de potasio. Para la fertilización inicial, utilice una solución de 30 g de nitrato de potasio en 10 litros de agua tibia. Para la segunda fertilización, prepare una mezcla de 70 g de superfosfato, 25 g de sal de potasio y 10 litros de agua. Una vez que las berenjenas estén trasplantadas al huerto, puede aumentar gradualmente la concentración de nutrientes. Ahora puede comenzar a aplicar nitrofosfato, superfosfato o sulfato de potasio. La materia orgánica, como el estiércol de gallina, el estiércol de vaca o el compost, también ha demostrado ser eficaz (recuerde prepararla previamente).
Algunos agricultores recurren a remedios caseros, fertilizando las berenjenas con una solución de levadura (100 g de levadura por cada 10 litros de agua). La solución preparada se deja reposar en un lugar cálido durante 72 horas, tras lo cual se riegan las plantas a razón de 0,5 litros por planta.
Con nuestros consejos, seguro que conseguirás una cosecha increíble de deliciosas frutas de color azul oscuro satinado que serán la envidia de todos tus vecinos.
Vídeo: "Fertilización de berenjenas en campo abierto"
Este vídeo te mostrará cómo fertilizar berenjenas en campo abierto.



